No es una novela de altosvuelos, tampoco su protagonistalo es. Un pobre drogadictoque se pasa la vidaenvuelto en una nube generadapor estupefacientes variosy que, en sus momentosde lucidez, sólo piensa enconseguir nuevas sustanciascon que sumirse en su embotamientohabitual.
Clandestino es mirar, observar. Es contemplar la vida de los otros a través de la suya. Sin adornos, sin juicios de valor, honestamente. Es el juego de la añoranza prototípica de una supuesta vida mejor que el no quiere.Dos maletas y una montaña rusa narra una vida relatada a cada instante, en la busqueda obsesiva de la permanencia de la memoria como elemento de la dignidad personal. Ambos relatos son las dos manos perfectamente simetricas del mismo personaje, la mano zurda y la mano diestra de alguien perdido en el romanticismo que adorna la vida de formas aparentemente distintas. Es el mismo personaje el que busca y el que encuentra aquello que no sabe que busca: a si mismo.Shara Martin