Carolina Otero. Más conocida como «La Bella Otero», Carolina Otero nació en un pueblecito gallego de la España de 1868. Fue quizás la más destacada artista y cortesana de la Belle Époque. Su belleza e indudable talento para la danza, la interpretación y el canto la llevaron a la cima de la alta sociedad parisina, donde cautivó a prominentes figuras de la plutocracia mundial y también a reyes de las más importantes casas europeas, como Eduardo VII de Inglaterra, el zar Nicolás II y Alfonso XIII de España. Deslumbró en los escenarios de Europa con su gracia y sensualidad, convirtiéndose en un símbolo de la época. Su vida desmedida y extravagante estuvo marcada por turbulentos amores y escándalos (que incluyen una cantidad importante de suicidios de enamorados). Falleció en 1965 en completa ruina, aunque disfrutando de una pequeña pensión del Casino de Montecarlo, en cuyos tapetes había dejado una auténtica fortuna. Sigue siendo, pese a los años trascurridos, una de las mujeres más enigmáticas e icónicas de su tiempo.
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Estas memorias de La Bella Otero son una liberal versión española (a cargo de Joaquín Belda, escritor hoy olvidado pero muy popular en la España de las dos primeras décadas del siglo XX) de Les Souve
Paul Turner ya no quiere ser Paul Turner. Busca entre los clientes una vida que suplantar. Mientras tanto Zhu duerme un sueño de anticolinérgicos. Camilo sirve otro gin tonic. Su silencio es el de aquellos que ya lo dijeron todo. En la terraza de la piscina, los días pares, hay un hombre en bañador. Es perpetuamente Grotesky. El recepcionista se llama Ramón y tiene sobre el ombligo un tatuaje en forma de posavasos. También el sueño de viajar a las Islas Tokia. Julia camina entre la muchedumbre urbana. Cree haber visto a Víctor y lo sigue sin remedio. Dicen que la habitación 303 encierra algo sobrenatural. Sólo los hermanos Constantine intuyen lo que hay al otro lado. Juan, ejecutivo obsesivo, y Luisa Triturahombres son enviados a cerrar una venta que les salvará el culo en SINTEC SL. Miquel Barceló se pregunta camino de Malí si está vivo o muerto. Skinny Pete cae a las vías del metro. Entre anuncios publicitarios ve la sinopsis de su existencia. NEED HELP? 800-CALL-NOW.
A Bela Otero foi un mito, unha lenda vivinte da Belle Époque parisina, o seu sexsimbol. Nacida en Valga en 1868, Carolina Otero era galega e na súa vila natal era coñecida co alcume de A Cordeirana. Por ela dis que morreron sete homes, amarona seis reis e mesmo o deseño dos coches da sua epoca trataba de imitar as formas dos seus sombreiros. Entre os seus amantes estaba o zar Nicolas II, Eduardo VII, O Principe de Gales, o Kaiser Guillerme de Alemaña, Leopoldo II de Belxica e Alberto de Monaco. E a pesar de que presumia dunha suposta ascendencia andaluza e flamenca, a realidade e que era filla dun paragueiro e dunha mendiga. Aos quince anos fuxiu de Valga a Lisboa co seu primeiro amor. Logo residiu en Barcelona, Marsella e Paris. Xa convertida nunha estrela percorreu todo o mundo. Xogadora empedernida, perdeu a sua inmensa fortuna no Casino de Montecarlo. Desde 1948, viviu arruinada nunha pension de Niza e antes da sua morte fixo testamento a favor dos pobres de Valga. Luis Seoane escribiu sobre ela. Xerais publica agora en galego, dentro da sua coleccion de Peto, as suas autenticas memorias, as que ela mesma lle dictou a Madame Claude Valmont en 1926. Estas paxinas estan inzadas das suas mentiras e falsedades, a traves das que renega da sua orixe galega, pero a sua lectura resulta apaixonante.
"Los poemas de esta antología son, como en los cuadros de Georgia O´Keeffe, pequeñas flores, amables o carnívoras, extraídas del inagotable paisaje que se adivina detrás, y que es precisamente el que