España siempre ha sido una nación bellamente perfumada, un país donde el “buen olor” siempre ha tenido vigencia. Desde sus primitivos ritos sagrados, con divinidades matriarcales de pechos perforados
España siempre ha sido una nación bellamente perfumada, un país donde el “buen olor” siempre ha tenido vigencia. Desde sus primitivos ritos sagrados, con divinidades matriarcales de pechos perforados
LA CATARATA (ASOCIACION LOS LIBROS DE LA CATARATA) 9788413529899
Desde el rey Salomón a Luis XV, perfumarse ha sido esencial, consustancial al ser humano, bien como símbolo de poder y estatus, bien como medicina o afrodisiaco, más allá de sus connotaciones religiosas. Es complejo datar su origen, pero si se puede deducir su funcion principal: el culto. El buen olor siempre ha sido lo opuesto al hedor propio de la muerte y la enfermedad. La combustion del incienso o sahumerio, perfume primitivo por excelencia, embajador de la fe, ubicuo y transcultural, demarcaba el espacio sagrado generando una atmosfera emotiva que invitaba a elevarse mas alla de la conciencia para comunicarse con lo divino. Desde el sintoismo al budismo, del hinduismo al islam, esa inmanencia espiritual siempre fue definida por la fragancia. Esta obra pretende surcar la historia analizando diferentes culturas para desenmarañar sus raices perfumadas, desde los oleos sagrados egipcios y las hedonicas composiciones arabes e indias hasta las primeras moleculas de sintesis del XIX que impulsaron la democratizacion del perfume, para eclosionar en el XX, cuando la moda se alio a la fragancia de autor para sellar su compromiso imperecedero.