Los dos grandes territorios que Epston y White exploran para nosotros en este libro son los siguientes: por un lado, el asunto de la “externalización del problema”; por otro, y consecuentemente, la variedad de formas en que podemos usar terapeuticamente la palabra escrita. De este modo, y a traves de numerosos ejemplos, el lector puede elegir entre una gran variedad de nuevas intervenciones y cosechar asi los frutos de un nuevo terreno que ya ha sido cuidadosamente arado, regado y sembrado para nosotros. Al final, Epston y White nos invitan a preguntarnos: ¿como podemos hacer posible la escritura de relatos personales y colectivos que liberen y curen, cuando los relatos dominantes estan tan saturados de problemas? Al publicar este libro, los autores estan compartiendo algunos de sus descubrimientos en relacion con este interrogante. ¿Cual es la disposicion del profesional a unirse a ellos en esta exploracion y a dotarse de habilidades en el uso de medios literarios para reanimar la vida de sus clientes y de sus familias?
En esta obra, que incluye la transcripción textual de sesiones y del intercambio epistolar posterior con los pacientes y demás miembros de la familia, es posible apreciar en detalle un enfoque innovador que utiliza los ritos, las metáforas y hasta el sentido del humor para que cada sesión se transforme en una "jornada de descubrimiento". El terapeuta abandona su aislamiento y su papel de "conocedor", mientras que el paciente ya no es el "objeto observado" sino que se convierte en el verdadero motor del cambio. Juntos, terapeuta, paciente y familiares elaboran entre todos un contexto de solución. David Epston, antropólogo, sociólogo y psicólogo, se formó en las universidades de Auckland, British Columbia y Edimburgo. Hoy es un terapeuta reconocido ampliamente en los círculos psicológicos europeos y norteamericanos como uno de los más destacados representantes de la Nueva Escuela Australiana de Terapia Familiar. Partidario de las terapias breves, Epston ayuda al paciente a identificar lo que él llama "logros aislados", es decir, aquellas situaciones en las que el paciente tuvo el control sobre el problema. Esos logros han de constituir la base que le permita elaborar la nueva versión de sí mismo y de sus relaciones con los demás miembros de la familia y de la comunidad