Sin Dirigentes es un tratado que propone un cambio radical en nuestra sociedad actual, es decir, una transformación que parta desde la raíz. Las nuevas tecnologías aportan por fin la posibilidad de avanzar hacia un orden social regido por el consenso absoluto y total de todos los individuos. Los ordenadores, los satélites, el registro molecular de los objetos y los móviles multifunciones permiten prescindir definitivamente de los gobiernos y de sus contradicciones. ¿Se podrá finalmente alzar una sociedad igualitaria de economía estable y tangible? ¿Realmente se está tan cerca? Durante siglos la humanidad se ha estado alejando de las leyes naturales, los procesos mentales lógicos han traído un mundo artificial y numerosas patologías internas. Sin embargo parece que la lógica por fin está a punto de alcanzar su meta y ofrecer una vuelta a las leyes naturales, a la organización acompasada con el entorno, a la armonía universal. ¿Acaso tiene futuro una sociedad que se desvincula a gran velocidad de la naturaleza? David Luján propone una forma sencilla de regresar a la naturalidad de un sistema social igualitario, sin diferencias sociales ni abusos, sin imposiciones personales ni leyes injustas. Tal vez se pueda materializar el sueño eterno de los humanistas, anarquistas y perseguidores de la individualidad, la creatividad y la bondad como fuerza motora para el orden natural seres humanos.
El Universo es algo inconmensurable y sorprendente, por ello los grandes científicos de todos los tiempos han intentado explicar su génesis, comprender su funcionamiento y predecir qué sucederá con él en un futuro remoto. Se han desarrollado cientos de teorías que han servido directa o indirectamente para describirlo de forma parcial: termología, espacio-tiempo, relatividad e interdependencia, gravedad invertida, fractales o las teorías de los universos paralelos son algunas de ellas; pero ¿cuántas cosas se quedan en el tintero? El Universo Reflexivo, utilizando las investigaciones de las modernas teorías científicas defiende que la ciencia actual se encuentra limitada a causa de sus métodos de segmentación de la realidad. Si queremos seguir avanzando nos vemos obligados a mirar con recelo a la lógica -que por condición es lineal y bidimensional- y confiar un poco en la casi olvidada intuición y su capacidad de expansión tridimensional. Nuestra realidad parece ser fluctuante, relativa, interdependiente y multidimensional, por lo que para poder comprenderla debemos salirnos de la razón y pensar de una manera más global. ¿Conseguiremos por fin una Teoría Unificadora? Puede que no nos guste demasiado, pero en principio la única verdad que se puede sostener es que todo es infinitamente relativo entre sí. Y no nos gusta porque la imagen de una realidad que cambia dependiendo de cómo se mire nos resulta muy vertiginosa, nos asusta.