La comunidad científica ha puesto de relieve la existencia de amenazas globales para el medio ambiente que representan un motivo de preocupación común para la humanidad, incluso en un momento en el que las cuestiones economicas acaparan la mayoria de los espacios informativos. La opinion publica mundial ha ejercido su presion desde hace decadas sobre los gobiernos nacionales con el fin de encontrar una respuesta articulada a nivel global que este a la altura de la magnitud de los problemas a que se enfrenta el planeta, pero el resultado ha sido hasta ahora tan solo la adopcion de una pluralidad de instrumentos convencionales que fragmentan la accion internacional.Como se estudia detalladamente en esta obra, respecto a la proteccion de la diversidad biologica, las medidas se centran en la conservacion de sus componentes en los lugares de origen, a traves del establecimiento de sistemas nacionales de areas protegidas. La valoracion del esfuerzo normativo representado en el Convenio de Rio de 1992 ofrece un cuadro de contrastes. Mas interesante resulta la aplicacion del llamado acuerdo fundamentado previo para el control de la seguridad de las biotecnologias, que debera aplicarse antes del primer movimiento intencional de un organismo vivo modificado destinado a la introduccion en el medio ambiente. Finalmente, acerca del acceso a los recursos geneticos y a la participacion justa y equitativa en los beneficios que se deriven de su utilizacion, el Protocolo de Nagoya constituye sin duda un paso adelante para poner freno a la biopirateria, entendida como la apropiacion indebida de recursos geneticos sin la autorizacion de los paises de los cuales proceden, asi como de las comunidades indigenas poseedoras.Sin embargo, a pesar de la existencia de todos estos instrumentos internacionales analizados, queda todavia mucho camino por recorrer en la proteccion internacional de la diversidad biologica, debido a las reticencias de muchos paises industrializados, a la incapacidad de controlar la puesta en practica de las medidas ya acordadas y a la falta de acuerdo internacional en asuntos clave, como la no obligacion de revelar el origen de los recursos geneticos y de los conocimientos tradicionales.