Se trata de una exposición extraordinariamente sintética y exacta de cuáles eran y de cómo funcionaban las instituciones monárquicas francesas en la época del absolutismo. Constituye el mayor esfuerzo para poner la organizacion politico-institucional del Antiguo Regimen al alcance del lector actual. Los grandes ejes del libro son las instituciones del Estado, la justicia, el sistema de privilegios y las reacciones sociales frente al desarrollo del Estado.
La trepidante acción de El primer naufragio, entre la ejecución de Luis XVI y el triunfo del golpe de Estado jacobino, transcurre en menos de cuatro meses y medio plagados de motines urbanos, reveses militares y trifulcas parlamentarias. Su tesis se proyecta, sin embargo, sobre mas de dos siglos de conflictos entre la democracia y los proyectos totalitarios que han pretendido o logrado destruirla.Es por tanto un libro de Historia a la vez academico y periodistico pero tambien una advertencia de plena actualidad sobre los riesgos que para la causa de la libertad entraña una dinamica politica dictada desde la calle, cuando una minoria organizada trata de imponer su ley a una mayoria desvertebrada y acomodaticia.En medio del abigarrado retablo de personajes de la Revolucion Francesa se van sucediendo escenas y situaciones que hemos visto reproducirse una y otra vez hasta nuestros dias: la deslegitimacion de las instituciones representativas, el recurso a la coaccion y la violencia, la explotacion de la crisis economica por la vanguardia revolucionaria, el influjo del miedo en la vida cotidiana y el deslizamiento hacia el conformismo del mal menor que desemboca en la toma del poder por la fuerza.Este libro rompe con la historiografia tradicional que ha venido presentando lo ocurrido en la primavera de 1793 en Paris como la pugna entre dos partidos homologables Jacobinos y Girondinos que termino con el triunfo de la izquierda sobre la derecha. La minuciosa reconstruccion de los hechos demuestra que solo los primeros constituyeron un partido digno de tal nombre y que fue, precisamente, la incapacidad de los lideres moderados de organizarse para defender la democracia lo que les llevo a ellos al patibulo y a Francia a la dictadura del Terror.