- Ni hablar. Solo los hechiceros tienen ese derecho y yo estoy aquí para que nadie más se acerque a esta fuente—dice el enano. - Yo soy un hechicero—avanza Merlín—. ¡Así que apártate! - Solo los que
- ¡Silencio! -ordena Merlín. ¡Nada puede resistirse a las fuerzas de la magia! - Esto no va a funcionar -predice Arturo. Merlín tiende su mano y empieza a leer: - Espada épica y picoteante…Encantoum
La sombra que envuelve a Arturo dibuja formas puntiagudas sobre el suelo. Al girarse, espera encontrarse con una horrible sorpresa, pero lo que ve es mucho peor de lo que imaginaba. Cuando descubre a Norcadet, inclinada sobre el, con una antorcha en la mano, la sangre del pequeño rey deja de circular y su grito se pierde en algun lugar entre su laringe y su traqueaLas tonterias de Merlin y la valentia de Arturo conducen a la feliz pandilla hacia un misterioso tunel donde les espera la vieja bruja con impaciencia