Un 4 de octubre expira el calendario juliano, que, por un error de cálculo, acumulaba desde la antigua Roma once días de retraso. Fue el papa Gregorio XIII quien dispuso que a la mañana siguiente seria dia 15. Con una certeza unica en la historia del mundo, podemos decir que del 5 al 14 de octubre de 1582 no sucede absolutamente nada, al contrario que en este libro de espiritu oulipiano, donde ningun dia tiene final y toda fecha se convierte en un detonante de relatos y encuentros que ofrecen un sinfin de nudos novelescos. Comodo en la maleza de la Historia, Da Silva teje, como un montador de cine, nuevas relaciones entre personajes y hechos con su inesperada yuxtaposicion de ideas. En una hipotetica ciencia de la casualidad, este diccionario de los dias seria su principal tratado.