Después de siete meses de resistencia abisinia, y tras haber despejado el mariscal Badoglio con gas mostaza los últimos obstáculos que entorpecían su avance, el 9 de mayo de 1936, las tropas italianas desfilaban, al fin, por Addis Abeba y en Roma la noticia se festejaba con la proclamación de un nuevo imperio: El rey de Italia, Victor Manuel III, era el nuevo emperador de Etiopía. La indignación que este atropello a la vieja nación africana causó al periodista y por entonces Fiscal General de la República, Eduardo Ortega y Gasset, le había llevado a publicar, unos meses antes, Etiopía, el conflicto italo-abisinio, este volumen que el lector tiene en sus manos. Su primera parte es una narración llena de colorido en la que se presenta una de las naciones más peculiares de África, cuyos orígenes se remontan al rey Salomón, y cuya religión -la copta de Alejandría- es la de los cristianos de los primeros siglos de nuestra Era. No obstante la segunda es un apasionado alegato contra el fascismo de Mussolini y una defensa a ultranza de la recién creada Sociedad de Naciones, que venía a dar forma a la utopía como hija de la Primera Guerra Mundial. La brillante introducción del diputado y profesor José María Lassalle, no viene sino a redondear un texto totalmente vigente en la actualidad y que será leído con pasión.
Cuando en julio de 1921 llegan a Madrid las primeras noticias de los sucesos de Annual, el diputado y periodista Eduardo Ortega y Gasset viaja rápidamente a Melilla para cubrir la guerra. Allí conoce al soldado madrileño Bernabé Nieto, que ha sobrevivido a la masacre (en la que morirían más de diez mil españoles) y relata al reportero su horrible experiencia, lo que se refleja en la primera mitad de esta obra. En la segunda el autor, político, pero también auténtico corresponsal de guerra, nos narra las operaciones para recuperar el territorio perdido en unas crónicas en las que aparecen personajes como Franco, Sanjurjo, Abd-el-Krim, Millán Astray, Indalecio Prieto, Cabanilles. Esta obra del mayor de los Ortega se encontraba inédita desde su publicación en 1922.