Hanielle se ve obligada a abandonar su hogar y emprender un peligroso viaje por mar junto a su madre y un montón de desconocidos. La barca en la que viajan es pequeña, inestable y en ella apenas llevan ni comida, ni bebida. Tras superar numerosas dificultades, al arribar a puerto, Hanielle casi se siente feliz, aunque una duda todavia le inquieta: “¿querran jugar conmigo aqui”?
Nina y su hermano de acogida John viven la pérdida de la abuela Maribel en medio del confinamiento, ese encierro al que nos obligó un virus que se llevó a decenas de personas, muchas de ellas abuelos y abuelas muy presentes en las vidas de sus nietos.