La herencia de la modernidad (racionalismo, experimentalismo, sensibilidad, laicismo, progreso) con todo lo que la ciencia trajo de su mano (física nuclear, biología molecular, electrónica, relatividad cosmica, etc.) hizo crisis en un lustro fat idico, el de la segunda guerra mundial, y la crisis, que venia de atras, no hizo mas que prolongarse durante medio siglo siguiente hasta convertirse, al parecer, en un amasijo de ruinas. La modernidad dejaba paso a una posmodernidad cuyos contenidos verdaderos desconocemos. Solo ha resultado evidente, tanto en la ciencia como en la filosof ia, la historia, la politica y las artes, reino de la incertidumbre y del escepticismo. Todo se puebla de inc ognitas y no parece haber respuestas cabales. Este transito de una modernidad fracasada hacia otra que todavia no tenemos a la vista se define, en el terreno abstracto, como la puesta en tela de juicio de categorias centrales hasta ayer: verdad, totalidad, sentido, sistema, centro, y nos conduce a la condicion de quien se ve obligado a elegir con un a priori intelectual o ideologico, cualquiera que este sea, entre las opciones plausibles que nos ofrece cada alternativa vital concreta. Se trata de un nuevo ecleticismo. Pero esa eleccion no puede hacerse sino entre los que nos ofrecen esas ruinas de la modernidad oscuramente iluminadas por la desazon de un futuro imprevisible. Muchas renovaciones empiezan a producirse: neocristianismo, neoexistencialismo, neoestructuralismo, neomarxismo, nuevo psicoan alisis, nueva hermeneutica, nueva democracia. El autor de este libro cree, como tantos otros, que se nos impone la ardua tarea de recomponer una nueva modernidad eligiendo el grano de entre las ruinas de lo moderno, e intentando con este rescate, unico posible, diversas sintesis (ya no habra una sola) con el a priori de la democracia y la justicia.
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