Pasamos por la vida corriendo, atropellados y ensordecidos por tantas prisas y ruidos, incapaces de ver y de oír, de escuchar y contemplar. Este libro nos puede ayudar a llevar poesía y música por dentro, a ser música y poder escucharla en todas partes. Porque Dios está dentro de todo como discreta levadura incontenible, que sólo espera para dejarse oír un poco de silencio.
Semblanza de Javier Erdozáin, jesuita navarro, a quien sus alumnos le bautizaron "Trini" por su devoción a la Trinidad. Él fue un hombre de Dios, de esa estirpe de cristianos que realiza los quehaceres de cada día como respuesta al amor de Dios sin buscar nada extraordinario si no es poner en ello toda la pasión, todas las fuerzas y toda la energía de que uno es capaz.