Pongo en tus manos, además del libro-diario de una entrañable amistad, la denuncia de una injusticia irreparable. Un hombre honrado, comedido, leal, generoso, discreto, virtuoso y, por lo tanto, un verdadero artista, murio crucificado por el desprecio de sus correligionarios. Lo retrato al desnudo, desde la lealtad de quien gozo de su confianza y de su exquisita intimidad, para que, junto al brillo irradiador de su vida, quede patente la razon de las sombras que, en su obra, contrastan con su luz proverbial. F.O.