Oscuridad, sombras, silencio, enfermedad, lápida, otoño, soledad, vértigo, sima, intemperie, noche, ausencia, olvido son palabras grabadas a fuego en los títulos de estos poemas, donde el eco del existir confluye en una orfandad sin fisuras cuando se transmuta en sombra cegadora que nos abrasa al desnudar la mascara inclemente de los dias. [ ] Todo poema, nos recuerda Eliot, encierra un epitafio. El humo de los labios constituye un proceloso y demorado epitafio que a lo largo de tres rios desemboca en ese delgado aforismo que los contiene, como la muerte alberga toda la compasion que no supo concedernos el tiempo. Ahora el lector tiene la palabra para sumergirse o elevarse en estos versos que no venden humo, que no son humo. Porque unos labios dicen. Jose Gutierrez
¿Ha pensado alguna vez lo aburrido que puede llegar a ser el hecho, tan cotidiano y tan noble, de sentarse en el retrete, en escatológica acción, y no saber adónde dirigir la mirada? ¿Ha pensado que también nuestras aburridas universidades podrían crear una licenciatura para lectores empedernidos de etiquetas de champus, geles y pomadas? ¿Ha pansado que la acción escatológica más noble, allá donde se encuentra el mayor de los alivios, merece una especial atención literaria? Pues, si todo esto es así, significa que usted... piensa. Y, también si esto lo está leyendo sentado en el trono de los alivios, sepa que aquí encontrará el mejor de los remedios contra el estreñimiento, en esta oportuna Colección Alivio con una docena de ejemplares dedicados a las más diversas facetas de la vida, como son el humor, la salud, la gastronomía, la sabiduría, el ocio, la literatura, etc... No deje, pues, de disfrutar con veradero placer en un momento de verdadera intimidad y auténtico Alivio.