FLORENCI SALESAS PLA

Jugar con números era la diversión favorita de la pequeña Hipatia de Alejandría. "¡Las matemáticas no mienten!", decía, y por eso de mayor llegó a ser la profesora y científica más

El joven Monturiol soñaba con cambiar el mundo, pero el mundo le daba una pereza tremenda. Harto de que no le dejaran organizar su revolución en ninguna parte, decidió montarla en el fondo del mar. Inventando se sentía como pez en el agua así que el submarino le salió bordado. Después de explorar las maravillas de las profundidades, Monturiol sonrió: ¡el mundo ya no podría ignorarle! No contaba con que fuera del agua le esperase una gente más seca que un bacalao.

De niño, Buster descubrió que tenía dos "poderes": que cuanto más serio se ponía, más se reían los dem

La vida de Fidias, el escultor griego, es como un puzzle al que le faltan demasiadas piezas. Pero, por suerte, dejó la huella de su genio en obras inmortales, como el magnífico.

El Everest, con sus casi nueve kilómetros de altura, es la cumbre más alta de la Tierra. Numerosas expediciones fracasaron al intentar conquistarla, pero al fin, tras pasar muchas penalidades, Hillary y Tenzing consiguieron lo que parecía imposible.

Si hubieras nacido hace 200 años te hubieras quedado más helado y más tieso que un polo de limón. No había coches ni bombillas, ni ordenadores, ni teléfonos, ni fotos... Y lo peor: ¡no había películas! La verdad es que el cine se las traía y no pudo con él un solo inventor. Hicieron falta dos: los hermanos Lumiére, que juntos pensabas por un ejército de inventores. Ya sólo faltaban las palomitas...