Gaétan Kabasha nació el 20 de marzo de 1972 en Ruanda. Cuando era seminarista, la guerra de Ruanda en 1990 y el genocidio contra los tutsis en 1994 cambiaron el rumbo de su vida. Después de múltiples peripecias en muchos países, entre ellos España, fue ordenado sacerdote el 9 de noviembre de 2003 en Bangassou (República Centroafricana). Durante varios años trabajó en una zona rural de ese país, combinando la evangelización y la promoción humana. Sacerdote de la diócesis de Madrid y doctor en Filosofía, actualmente ejerce su ministerio pastoral en la parroquia de San José de Las Matas (Madrid), tarea que compagina con la docencia en la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid. Es también fundador de AUDE, una asociación que se encarga de promover los estudios universitarios en África.
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Durante mis años en el exilio fueron muchos los obstáculos a los que tuve que enfrentarme. Siendo seminarista, la guerra de Ruanda y el posterior genocidio contra los tutsis me obligaron a abandonar mi pais y a convertirme en refugiado. Sin embargo, estaba convencido de que, refugiado o no, tenia que ser sacerdote. Esa esperanza me sostuvo. Asi fue como sobrevivi al colera y a la malaria, al hambre y a la sed, a la soledad, a la pobreza y a la precariedad. Cuando echo la vista atras veo con una claridad absoluta la mano de Dios en mi historia. A pesar de todas las dificultades, El lo tenia todo previsto para proteger mi vocacion sacerdotal, orientarla y conducirla a la meta. Por eso, aunque en muchas ocasiones yo no sabia adonde ir, me limitaba a seguir adelante, persuadido de que cualquier ruta conduce a algun lugar. Lo unico que tenia que hacer era seguir todo recto hasta donde pudiera llegar. Ahora se que Dios queria mostrarme una cara de la vida que permanece oculta a una gran parte del mundo. A lo largo de todos estos años El no ha dejado de sorprenderme y su oferta ha sido siempre infinitamente mas grande que mi demanda. Gaetan Kabasha nacio el 20 de marzo de 1972 en Ruanda. Cuando era seminarista, la guerra de Ruanda en 1990 y el genocidio contra los tutsis en 1994 cambiaron el rumbo de su vida. Tras superar numerosos obstaculos en diversos paises, fue ordenado sacerdote el 9 de noviembre de 2003 en Bangassou (Republica Centroafricana). Durante varios años trabajo en una zona rural de ese pais, combinando la evangelizacion y la promocion humana. Doctor en Filosofia por la Universidad San Damaso, es actualmente capellan en el hospital Clinico de San Carlos de Madrid. Es tambien fundador de AUDE, una asociacion que se encarga de promover los estudios universitarios en Africa.
El 9 de noviembre de 2003 recibí el sacramento del Orden en Bangassou, en la República Centroafricana. Pocos años antes había tenido que dejar mi país, Ruanda, durante el genocidio. Tras estudiar en el seminario de Bangui y en el de San Damaso, en Madrid, ahora volvia a Africa para saldar la deuda que sentia que tenia con ese continente. Asi fue como me nombraron parroco de Bakouma, una region tan grande como Ruanda pero mucho mas despoblada. Enseguida me converti en un cura multifuncion: fui juez, mediador familiar, conductor, banquero, constructor, arquitecto, ingeniero, fontanero, mecanico, farmaceutico, y todo lo que hiciera falta. No hacia mas que seguir la pauta de uno de mis maestros, que decia que los sacerdotes son generalistas en todos los campos: hacen cosas especiales donde no hay especialistas. Y yo, que me habia propuesto dedicarme tanto a la evangelizacion como al desarrollo, no podia concebir mi vida sacerdotal sin elevar a los debiles al esplendor del Dios eterno, llevando alivio a mis hermanos africanos. Creo que mis mejores años de sacerdocio los pase en los rincones perdidos de la selva, lejos de todo, pero cerca de la gente humilde y pobre. Dios me acompaño siempre. Estaba conmigo cuando me quedaba atrapado en el barro con la moto o durante los pinchazos de la camioneta, bajo la lluvia o durante mis encuentros con animales peligrosos. El Señor siempre me protegio ante las amenazas y el universo de raras creencias, englobadas en un complejo sincretismo. Alli, en esas latitudes donde la vida humana es un constante ir y venir entre dos mundos, el visible y el invisible, pude hablar de Jesucristo en lugares donde nunca nadie habia oido hablar de El.