Los fragmentos que componen esta antología proceden de la obra de cinco grandes representantes de la mística medieval: Hildegarda de Bingen, Beatriz de Nazaret, Matilde de Magdeburgo, Hadewijch de Amberes y Margarita Porete, benedictinas las dos primeras, beguinas las demas. Pero, ¿que significaba para una mujer de aquel tiempo entrar en un monasterio o abrazar la vida retirada? En primer lugar, la emancipacion. Muchas jovenes de la alta burguesia o de la nobleza a las que no se les permitia vivir de su propio trabajo y que estaban fatalmente destinadas al matrimonio, a menudo por motivos economicos o dinasticos, preferian el convento o el beguinaje a los angostos muros domesticos, pues por lo menos en aquellos podian acceder a la cultura y gozar, ya fuera material o espiritualmente, de un grado de independencia de otro modo impensable. El fenomeno, en cualquier caso, asumio proporciones tan amplias que acabo provocando violentas reacciones por parte de la Iglesia, que vio en este nuevo tipo de religiosidad una amenaza semejante a la que constituian los movimientos hereticos que surgian por todas partes al final del Medievo: en efecto, estas religiosas no dudaban en denunciar abiertamente la corrupcion del clero y cualquier forma de devocion meramente exterior, mientras proclamaban su ilimitado amor por Dios con acentos apasionados, incluso blasfemos a los ojos de la epoca. Perseguidas en muchas ocasiones por la Inquisicion, y en otras quemadas en la hoguera como herejes, estas mujeres, no obstante, nos han dejado obras imperecederas, que circularon clandestinamente, alimentaron la mistica de grandes maestros como Eckhardt o Ruysbroeck y han llegado a nuestros dias como clasicos indiscutibles.
Los fragmentos que componen esta antología proceden de la obra de cinco grandes representantes de la mística medieval: Hildegarda de Bingen, Beatriz de Nazaret, Matilde de Magdeburgo, Hadewijch de Amberes y Margarita Porete. Para una mujer de aquel tiempo entrar en un monasterio o abrazar la vida retirada significaba sobre todo la emancipacion. Muchas jovenes de la alta burguesia o de la nobleza inexorablemente destinadas al matrimonio, preferian el convento a los angostos muros domesticos, pues por lo menos en aquellos podian acceder a la cultura y gozar de un grado de independencia de otro modo impensable.El fenomeno provoco la violenta reaccion de la Iglesia, que vio en esta nueva religiosidad una amenaza similar a la de los movimientos hereticos de finales del Medioevo. Perseguidas en muchas ocasiones por la Inquisicion, y en otras quemadas en la hoguera como herejes, estas mujeres nos dejaron obras imperecederas, que alimentaron la mistica de grandes maestros como Eckhardt o Ruysbroeck y han llegado a nuestros dias como clasicos indiscutibles.