Jack se encuentra con la Muerte y, al intuir que va a buscar a su madre, que está enferma, trama un plan para librarse de ella. Con increíble astucia, Jack consigue atrapar al siniestro personaje en un frasco; pero las consecuencias de este encierro son imprevisibles -ya nada se puede morir- y lo que parecía, en principio, un motivo de alegría -la madre se recupera repentinamente de su grave enfermedad- acaba convirtiéndose en un caos.