Traducción de Néstor A. Braunstein.La irrupción de la ciencia en la intimidad de nuestras vidas se manifiesta bajo la forma, entre otras, de prodigiosos artefactos que parecen hablarnos. Ya no tienen que disfrazarse de muñecas para volverse creibles y convincentes y cumplir con su mision de edulcorar nuestra soledad, reemplazar nuestra memoria y saturar nuestra imaginacion.Estos engendros son ubicuos como el Dios uno y unico que antaño nos veia y vigilaba nuestras almas. Se presentan como sustitutos de Su omnipresencia y nos sobornan, brindandonos la posibilidad de animar y escuchar las voces de objetos hechos a nuestra imagen y semejanza.La obra de Jacques Nassif aqui publicada retrata la genealogia de estas nuevas criaturas de Prometeo, contandonos las ficciones que (desde Frankenstein hasta la Eva futura), generadas las unas por la otras, adelantan este proceso en marcha de muñequizacion de la vida. Por eso aparecen los nombres de los narradores que dieron vida con sus relatos a las nuevas criaturas de Prometeo: de Bioy Casares a Felisberto Hernandez, de Mary Shelley a Villiers de lIsle-Adam, para llegar hasta Pirandello y Kafka. Todos ellos confirman lo ya sabido: que la verdad tiene estructura de ficcion.Por sus bases pretendidamente cientificas, los relatos acaban por dar cuerpo a conceptos. Adelantandose a nuestra modernidad, fueron los romanticos alemanes los precursores de este nuevo mundo, al forjar el racimo de creaciones de la suplencia que son el Golem, el Fantasma y la Mandragora.¿Puede el psicoanalisis dejar de hacer oir su palabra, ahora que se generaliza la reduccion de la relacion sexual a una mera relacion textual? ¿Hasta donde es posible aguantar esta nueva forma de adiccion a muñecas tecnologicas que aparentan hablar, pero carecen de una voz propia?
¿Qué lleva a alguien a querer ser psicoanalista? ¿Qué debe hacer cuando toma esa decisión? Si bien la formación de un psicoanalista se basa fundamentalmente en su propio psicoanálisis, también se necesitan conocimientos teóricos y confrontaciones clínicas con otros psicoanalistas. El movimiento psicoanalítico no es homogéneo. Existen diversas escuelas e instituciones, ¿cómo elegir? Además, existen las cuestiones materiales de las que casi nadie habla: establecerse, pagar impuestos, recibir pacientes...