JAN COSTIN WAGNER

Ein Mörder, der weint. Kimmo Joentaa auf der Suche - nach einer unbekannten Toten, einer namenlosen Geliebten und einem Mörder, der sympathischer ist als seine Opfer. Der Mord an einer ohnehin todgeweihten Frau stellt die Polizei im finnischen Turku gleich vor mehrere Rätsel: Wer dringt in ein Krankenhaus ein, um eine Komapatientin zu töten? Und was ist das für ein Mörder, der auf dem Bettlaken des Opfers eine einzige Spur hinterlässt - eine Substanz, die die Kriminaltechnik nach kurzem Zweifel als Tränenf lüssigkeit identifiziert. Eigentlich müsste Kimmo Joentaas ganze Aufmerksamkeit dem Versuch gelten, die ungewöhnliche Tat aufzuklären - aber der junge Ermittler hat gerade eine andere, für ihn viel existentiellere Sorge: Larissa, die Frau, die unvermutet wieder Licht in sein von Trauer verschattetes Leben brachte, ist spurlos verschwunden. Während der rätselhaft souveräne Täter in verschiedenen Städten weitere Opfer findet, führt Kimmo Joentaa die beharrliche Suche schließlich in ein kleines Dorf in der tiefsten finnischen Provinz - und mitten hinein in die Dunkelheit eines lange vergangenen Sommers.

Ein Banker, der sich im Dickicht seines Doppellebens verliert, ein Schuler, der unaufhaltsam auf einen Amoklauf zusteuert, zwei unbekannte Tote, die auf einer Parkbank liegen, als wurden sie schlafen wahrend Anfang Mai der letzte Schnee im finnischen Turku fallt, muss Kommissar Kimmo Joentaa die Zusammenhange zwischen den Schicksalen all dieser Menschen herausfinden, um einen Doppelmord aufzuklaren. Und um dann zu erkennen, dass seine eigentliche Aufgabe eine ganz andere ist als die Suche nach einem Morder ...

Sólo ha pasado un día tras la muerte de su joven esposa, pero el policía finlandés Kimmo Joentaa, incapaz de asumirlo, quiere volver al trabajo cuanto antes. No puede soportar quedarse ni un segundo más en su casa, situada frente a un lago de belleza inquietante, en un solitario paraje a las afueras de Torku. En la comisaría, su jefe, el antipático Ketola, acepta asignarle un nuevo caso: una mujer ha aparecido muerta en su casa, asfixiada en la cama con una almohada. La puerta no ha sido forzada, no ha habido robo, no hay móvil. Joentaa no tardará en descubrir que se enfrenta a un escurridizo asesino en serie que se gana la confianza de sus víctimas y se obsesionará con la investigación. La angustia que ambos sienten acabará creando una extraña empatía entre el criminal y su perseguidor.

Jan Costin Wagner es una de las voces más sólidas de la nueva novela policíaca. Ganador del premio Marlowe en el año 2002, el éxito internacional le ha llegado con la serie iniciada con Luna helada, protagonizada por el atormentado Kimmo Joentaa, de la que Silencio de hielo es la segunda entrega. Nadie sabe mejor que Kimmo Joentaa lo que significa perder a un ser amado; lo que se siente cuando al miedo le sucede el convencimiento intimo de que alguien nunca volvera. Eso explica tambien que el comisario de Turku, en Finlandia, se niegue a arrebatar la esperanza de los padres de Sinikka Vehkasalo, quienes confian en que su hija, desaparecida sin dejar rastro, siga aun con vida. Aunque el lo sabe, no le queda otro remedio que callar. Pero el paralelismo es demasiado evidente. En el mismo lugar, hace treinta y tres años, se cometio el asesinato, nunca esclarecido, de una muchacha mientras paseaba en bicicleta.

Un frío día de Navidad el médico forense Patrik Laukkane aparece apuñalado en el bosque. Sus compañeros de la policía de Turku, entre ellos el agente Kimmo Joentaa, empiezan a investigar su entorno, convencidos de que su muerte esta relacionada con su trabajo policial. Pero cuando, pocas horas despues, aparece asesinado un modelador de muñecos anatomicos que participo en un programa de television en el que tambien tomo parte Laukkane, todas las pesquisas se centran en la polemica emision, sobre todo tras descubrirse que el presentador que los entrevisto ha escapado a duras penas de sufrir la misma suerte que ellos.Joentaa no tarda en intuir que las muertes estan relacionadas con los casos que se trataron durante el programa, pero no consigue descubrir la conexion: ¿encontrara la verdad a tiempo de impedir que el asesino complete su venganza presentandose personalmente en el programa?Jan Costin Wagner es un verdadero diseccionador del alma, cool e impresionante. SternMagica. Mejor que Mankell. The Times