Jean Marie Schaeffer

A pesar de su título, Adiós a la estética es una obra sobre las cuestiones centrales de la estética, la experiencia estética y el juicio de gusto, que intenta abordar desde un punto de vista independiente de la "doctrina estetica" filosofica. Una vez liberado de las pretensiones programaticas de la estetica moderna, el analisis de la relacion estetica sera de utilidad mas alla del ambito artistico, pero tambien mas aca de la generalizacion filosofica, referido a practicas concretas de actividad artistica.

THIS IS a sweeping and provocative work of aesthetic theory: a trenchant critique of the philosophy of art as it developed from the eighteenth century to the early twentieth century, combined with a carefully reasoned plea for a new and more flexible approach to art. Jean-Marie Schaeffer, one of France's leading aestheticians, explores the writings of Kant, Schlegel, Novalis, Hegel, Schopenhauer, Nietzsche, and Heidegger to show that these diverse thinkers shared a common approach to art, which he calls the "speculative theory". According to this theory, art offers a special kind of intuitive, quasi-mystical knowledge, radically different from the rational knowledge acquired by science. This view encouraged theorists to consider artistic geniuses the high-priests of humanity, creators of works that reveal the invisible essence of the world. Philosophers came to regard inexpressibility as the aim of art, refused to consider second-tier creations genuine art, and helped to create conditions in which the genius was expected to shock, puzzle, and mystify the public. Schaeffer shows that this speculative theory helped give birth to romanticism, modernism, and the avant-garde, and paved the way for an unfortunate divorce between art and enjoyment, between "high art" and popular art, and between artists and their public.

Nunca ha consumido la humanidad tantas ficciones como en nuestros días y nunca ha dispuesto de tantas técnicas diferentes para aplacar esta sed de universos imaginarios. Este fenómeno colosal ha llevado a decir a los popes de la cybercultura que el simulacro terminara sustituyendo a la realidad o a los defensores de la literatura autobiografica, que la ficcion es un veneno que esta infectando la literatura. Al mismo tiempo, como testimonian los debates en torno a las supuestas realidades virtuales, continuamos viviendo a la sombra de la sospecha platonica: ¿no es la mimesis acaso una vana apariencia, o a lo peor una peligrosa añagaza?Para comprender mejor estos fenomenos, el autor se remonta a los fundamentos de la ficcion, y nos descubre que la creacion y la comprension de ficciones desempeñan un papel indispensable en la sintesis de nuestro pensamiento. Lejos de las apariencias ilusorias o construcciones mentirosas, los universos ficticios son uno de los aspectos mas importantes de nuestro vinculo con lo real. Y esto vale para todas las ficciones, expresiones necesarias e inevitables del conocimiento y el gozo. Las ficciones responden a la realidad y, en cierto sentido, responden de ella, conservando asi una dimension critica.

Nada más simple, y al mismo tiempo más complejo, que un enunciado en el que se remita un texto a «su» género. Desde Ariosto a Brunetière pasando por Hegel, los poetas han buscado el milagro de una te

Los años noventa del siglo pasado fueron testigo de un florecimiento notable de las reflexiones estéticas consagradas a la estética. Lo más sorprendente es que estos debates encontraron al menos durante cierto tiempo un eco público más allá de la esfera de la filosofía profesional, sobre todo en los que se ha dado en llamar "el mundo del arte". De ahí a creer en un renadimiento de la propia doctrina estética no hay más que un paso, que algunos filósofos se han apresurado a dar.El objeto de este ensayo es mostrar el carácter ilusorio de una creencia así -incluso de una esperanza así-.