El motivo de esta obra fue una petición personal: Eusebio de Cremona, un discípulo de Jerónimo que emprendía el regreso de Palestina a Roma, le pidió al maestro"una provisión para el viaje". El monje no pudo negarse al requerimiento y, en dos semanas segun afirma,"redacte brevemente un comentario historico y mezcle alli algunas flores de interpretacion espiritual, reservando para mas adelante un trabajo mas acabado".Pero, aunque su deseo era primariamente hacer un comentario al evangelio de Mateo llano y sencillo, Jeronimo no pudo abdicar de su formacion clasica, por lo que en esta obra estan presentes por momentos -y muy bienmanejadas- la elocuencia, la ironia, la pasion, la poesia, las formulas compactas y brillantes y otros procedimientos estilisticos de valor. Por lo general no recurre al dialogo directo, pero si hace repetidas llamadas al lector (lo llama"atento","prudente","instruido","curioso"), procedimiento que acentua su actitud didactica.Esta traduccion es la primera que se publica en lengua castellana.
San Jerónimo es, entre los Padres de la Iglesia, una de las figuras más interesantes y dinámicas. En este comentario nos ofrece un sustancioso ensayo de su extraordinario genio. Es casi un compendio de doctrina, extraida de las Escrituras. Suscita mayor interes el hecho de que san Jeronimo se detiene preferentemente en los pasajes mas escabrosos del Evangelio de san Marcos. Impresiona, sobre todo, la audacia de las imagenes y la original penetracion en el sentido espiritual de las Escrituras. Excavando en cada una de las palabras, logra encontrar una riqueza insospechada. Hasta tal punto que interrumpe algunos de sus razonamientos para prevenir eventuales objeciones, diciendo: "¿Creeis que forzamos la Sagrada Escritura?", e indica que aquellos que se atienen solo a las palabras "siguen la letra que mata, y no el espiritu que vivifica?. Y mas adelante añade: "Todo lo que soy capaz de entender, no lo quiero entender sin Cristo, el Espiritu Santo y el Padre. Nada de ello puede serme agradable si no lo entiendo en la Trinidad que me ha de salvar". De ahi, de esa sabiduria, brota toda la luz de este comentario, enormemente precioso y moderno, con intuiciones excepcionales.
Estando en Roma, Jerónimo instruía en el estudio de la Biblia a un grupo de damas de la alta nobleza romana. A una de ellas, Blesila, la exhorta a la vida monástica con la lectura comentada del Eclesiastes. Ella le pide que le ponga por escrito esas explicaciones. El trabajo se interrumpe a causa de la muerte repentina de la joven. Mas tarde, instalado en Belen, Jeronimo completa aquellas anotaciones en forma de comentario sistematico.Por encima del valor de su version, a partir del hebreo, sin abandonar los codices griegos, esta el valor del comentario, pues supuso un gran avance en la interpretacion historico-literal de un libro sagrado de dificil lectura. Con mucha frecuencia Jeronimo acude a la ciencia filologica para desentrañar el sentido literal de las palabras del hagiografo. No abandona en ningun momento su finalidad parenetica, y es fiel al tono polemico propio de la epoca patristica y de la retorica romana.Sin duda, para aquellos tiempos se trato de un comentario moderno, que influyo durante siglos y que todo exegeta moderno y lector asiduo de la Biblia debe apreciar.