Obra ganadora del primer PANQ, Premio Asterisco de Narrativa Queer.Cinco personajes pasan el verano alrededor de una piscina rosa. Uno de ellos no pertenece a la familia. Se trata del profesor de ingles que han contratado para no descuidar la educacion de Julia. Una niña, un profesor y tres adultos: Clara, Gisbert y Grau.Durante una excursion en barco las sombras se revelan sobre el rostro del misterioso profesor, una especie de señor Ripley aparentemente inofensivo que puede tornarse de presa en depredador en cualquier momento.Como en un romance entre Corin Tellado y Patricia Highsmith arrastrado hasta el siglo XXI, la familia aparece en forma de ansiado santuario, y sus trampas se desactivan al sustituir la figura del hombre heterosexual por tres hombres que se desean. Pero pronto, como en una fuga psicogenica lynchiana, el santuario parece ofuscar toda la violencia del mundo como un traicionero y lujoso espejismo rosa.Grau no ronca. Ni siquiera esta vez, resaca sobre resaca, ronca al dormir. Asi de bien hecho esta. Solo una respiracion suave, ritmica, hipnotica. Gisbert lo vela con la nariz y la boca enrojecidas. Hay entre ellos un hilo invisible. Diria que los pies de Grau estaban en su regazo hasta hace una milesima de segundo. Hay un recuerdo del peso de sus talones en la toalla blanca. Los dos hombres estan unidos por un calor reciente, un pulso compartido, una respiracion acompasada. No veo a Clara en cubierta, pero la siento cerca, conectada a ese hilo transparente.Abro los ojos y un ejercito de lagartijas rodea la piscina. Me miran. Cuando una libelula gigante vuela cerca de ellas, el verde humedo de su piel se ilumina. Cazan mosquitos al vuelo con movimientos microscopicos o se quedan paradas como animales de cera. Una explosion en el cielo y el batallon de lagartijas se disuelve como un espasmo de canicas en la hierba. Ni rastro de lenguas, ojos, plumas ni zumbidos verdes. Una palmera dorada de fuegos artificiales ilumina la entrada de Gisbert en el jardin.