John Lynch, hispanista y americanista británico, es una autoridad en los campos de la Historia de España, de la Independencia Americana y de los nuevos países hispanoamericanos. Es profesor emérito de Historia de Latinoamérica en la Universidad de Londres, donde fue director de su Instituto de Estudios Latinoamericanos. Entre su numerosa obra destacan las biografías de Simón Bolívar y Francisco San Martín.
Recibe novedades de JOHN S. RICHARDSON directamente en tu email
Esta Historia de España, dirigida por el gran hispanista británico John Lynch, profesor emerito de la Universidad de Londres, y escrita por los mayores especialistas españoles y británicos, quiere ofrecer al lector una exposicion narrativa pero rigurosa de nuestra historia, adecuada a las necesidades de hoy y en la que tengan su lugar los grandes hechos politicos y las fuertes personalidades que los han conformado, pero que de cuenta, tambien, del conjunto de los hombres y mujeres comunes que hicieron España. Este primer volumen, Historia Antigua, a cargo de los profesores Maria Cruz Fernandez Castro, de la Universidad Complutense de Madrid, y John S. Richardson, de la Universidad de Edimburgo, nos ofrece una vision innovadora de la prehistoria de la Peninsula Iberica, desde las culturas de Los Millares y el Argar hasta los celtiberos, asi como la mejor sintesis de la conquista y dominacion romana de Hispania que, a lo largo de siete siglos, convirtio las tierras peninsulares, por primera vez en la historia, en algo mas que una unidad geografica, porque España fue una creacion de Roma.
Esta obra traza la historia de la presencia de los romanos en la península Ibérica desde el siglo III a. C., con las victorias contra los cartagineses, hasta aproximadamente el año 475, en que se suprimio la Tarraconensis con la conquista del noreste de la Peninsula a manos de los visigodos. El profesor Richardson, decano de la facultad de Arte de la Universidad de Edimburgo, argumenta que la impronta romana es la responsable de la permanencia de los signos de identidad que unen a los pueblos peninsulares (lenguas derivadas del latin, etc.), y no el sustrato ibero, y que la experiencia del imperialismo romano en la Peninsula no solo afecto a la poblacion incorporada al Imperio, sino tambien a los propios imperialistas.