El de la cultura popular no ha sido un terreno frecuentado por los historiadores españoles y sólo recientemente se despierta un interés más definido por las prácticas sociales, las producciones y costumbres, o la vida cotidiana y los sistemas de valores que le son implícitos, pasando a primer plano unos sectores populares que se intenta estudiar en sí mismo, y no en tanto que integrados en modelos predeterminados de cambio social o político.
Este volumen reflexiona sobre uno de los períodos más polémicos de la cultura española. Mientras que el Sexenio y la República desplegaron un programa liberal abortado pronto por los sectores conservadores, fue la Restauración la que desarrolló este proyecto cultural de forma lenta, pero inexorable. En puertas de los años veinte se había superado así la depresión causada por el Desastre cubano. Los desahogos estéticos y sentimentales de la generación del 98 cedieron ante la solidez intelectual y el experimentalismo estetizante de la generación de 1914.