Esta obra está dirigida no sólo a practicantes de Kendô, Iaidô y Artes Maricales en general, sino a cualquier persona que sienta curiosidad por el Zen, como una forma de vida que nos ayuda a mejorar real y positivamente nuestra existencia. Pretende ser un libro más práctico que teórico, incluyendo continuas referencias a aspectos culturales, idiomáticos e históricos de Japón, que con toda seguridad captarán desde el principio el interés del lector. Después de una breve introducción histórica sobre el sable japonés y el desarrollo de la tradición hasta nuestros días, se explicará el concepto de Bushidô, código del samurai, desde una perspectiva totalmente actual y práctica. Finalmente se profundiza en el estudio de la filosofía Zen y en todo lo que ésta puede aportarnos, tanto a los practicantes de Budô como a cualquiera que quiera aprender a romper con el estrés que domina la vida moderna.
Desde historias antiguas enraizadas en lo más profundo del alma del pueblo japonés, pasando por la propia mitología de la creación del país del Sol Naciente, en este libro encontrará el lector misterios y leyendas que hacen de Japón un lugar único en el mundo. Fantasmas de otras épocas, espíritus, animales mitológicos o supersticiones son algunos de los temas sobre los que el autor pone el foco, explicando el origen de tradiciones remotas cuya magia aún pervive. Desde cómo explicar las enigmáticas figuras denominadas dogû hasta registros históricos de antiguos casos OVNI, la diversidad de temas tratados tienen como denominador común el misterio en estado puro. Canciones infantiles de apariencia inocente cuyo auténtico significado se pierde en la noche de los tiempos, figuras legendarias del budismo zen con presuntos poderes extraordinarios, la propia magia del origen de la escritura y el espíritu de las palabras. Sin duda, el lector encontrará en esta obra un referente para abordar todas esas cuestiones que nos atraen cada vez más a ese maravilloso y enigmático país que sigue siendo Japón.
Japón, segunda mitad del Siglo XIX, época de cambios y revueltas. De todos los antiguos territorios del país del Sol Naciente, ninguno comparable en injusticia y crueldad al vetusto país de Tosa. Yo soy uno de los pocos que sobrevivió a los sucesos que tendrían lugar en medio de tanto caos y anarquía. De todo aquel dolor de pérdidas y desengaños no obtuve más beneficio que el haber aprendido cuál es el auténtico valor del ser humano. No acumulo mayor posesión que mis dos espadas, aunque ya no se me permita exhibirlas como símbolo de mi rango. Pero también he aprendido que no todo es apariencia, ni dominio, que no todo el auténtico poder de un samurai radica en su fuerza, sino mucho más en el espíritu que sus ancestros le han transmitido. Mi historia no es de paz sino de guerra. No hay ningún amor ni misericordia en las imágenes que se grabaron en mi mente. Sin embargo, hubo rayos de esperanza que como débiles semillas fueron creciendo y desbordando toda la maldad e ira que les embestía. Mis hijos y mis nietos deben conocer cuáles fueron estos acontecimientos. No puedo consentir que el velo del tiempo silencie el valor de aquellos hombres que escribieron con su sangre páginas de gloria a golpe de ideas, cortando con su mente y con su espíritu cualquier rastro de envidia o de resentimiento. Su herencia queda para la posteridad en mis palabras, y muy profundamente en lo más íntimo del corazón de mi pueblo.