Josep Antoni Pujante (Barcelona, 1956), neurocirujano, doctor honoris causa por varias universidades, académico de la Real Academia de Medicina y diputado del Parlamento Internacional. Miembro de la Royal Geographical Society de Londres así como de The Explorers Club de Nueva York y del Himalayan Club de Bombay, a propuesta de sir Edmund Hillary. Forma parte del Comité Olímpico Español y ha sido galardonado con la medalla de la Real Orden del Mérito Deportivo y la Orden Olímpica del CIO. Ha escalado el Everest y las cimas más altas de los cinco continentes y ambas zonas polares.
Recibe novedades de JOSE ANTONIO PUJANTE directamente en tu email
Tras conquistar la cima del Cho Oyu (8.201 m), en el Himalaya, el doctor Pujante se propuso la ascensión del monte Vinson, punto culminante de la Antártica, y del Aconcagua, techo de America. La adversa climatologia le obliga a esperar en Chile, asi que invierte el orden de su proyecto y emprende la ascension en solitario del Aconcagua. A pocos metros de la cumbre, tiene lugar la odisea: una violenta tempestad le fuerza a realizar dos vivacs por encima de los 6.000 metros. Logro esquivar "la muerte blanca" con un descenso en condiciones dramaticas y llegar, tambaleandose, a Nido de Condores, cuando ya se le daba por muerto. Aquella dura experiencia hubiera hecho renunciar a cualquier aventurero menos osado, pero el autor de la obra ya preparaba su siguiente reto: coronar la cima del monte Vinson en la Antartica. Este interesante libro nos relata con vigor y excelente pulso narrativo las dos fascinantes aventuras.
La experiencia real vivida en 1998 por la expedición al K-2, de la que formó parte el autor. El K2, con sus 8.611 metros, es la segunda cima más alta del planeta. Está ubicada entre Pakistán y China, junto a la región de Cachemira (India) y es conocida con el nombre de "la montaña asesina". En ella perdieron la vida muchos montañistas y está considerada la montaña técnicamente más difícil de las 14 cumbres más elevadas de la Tierra. Trasmite el placer y la magia de los paisajes vedados a la mayoría de los humanos, así como la filosofía de vida de aquellos que ascienden por horizontes verticales, sintiéndose privilegiados por la libertad de que disfrutan, apartados de la civilización. Estilo de narración clásica de viajes, aporta una visión global de la acción. Fluidez en la narración. Recrea la aventura en tiempo presente y la de los pioneros que subieron a esta montaña en expediciones anteriores: 1909, 1938, 1953 y 1954. Narra como una novela un mosaico de sensaciones en los peligros que acechan, las emociones de la conquista de la cima. Traslada al lector a tierras y culturas lejanas, teniendo en cuenta los aspectos etnológicos y antropológicos de los viajes.
Mientras escribo estas líneas con dificultad, convaleciente de las amputaciones causadas por las congelaciones sufridas en el Everest hace unas semanas, mi mente evoca recuerdos lejanos. En estos plácidos días del verano de 2009, contemplando las cimas del Pirineo y con la mirada fija en la cumbre del Puigpedrós, de casi tres mil metros -la primera que coroné, hace más de cuarenta años-, mis torturados dedos intentan dar forma al relato de los días vividos durante la expedición al Everest por la cara norte, la vertiente de Tibet. Ahora, recién llegado del Himalaya, los vendajes tras el tratamiento quirúrgico y la medicación constituyen el recuerdo constante de una aventura que permanecerá para siempre en mi memoria.