José Blanco

Esto me hace pensar en cuántas veces no se acompasan nuestros corazones, y cómo armonizar en contrapunto es verdaderamente extraordinario. Todo termina siendo una cuestión de ritmo, y compartir es completar todas las vueltas por los mismos surcos en las caras A y B de nuestra vida.

1985. Himalaya. Tres amigos de vacaciones en busca de una antigua reliquia: "El Díos dormido erecto", pero lo que encontrarán en su lugar es algo que ni en sus más locos sueños podrían haber imaginado. ¿Quién es Valeria? ¿De dónde viene y qué secretos oculta? ¿Por qué está tan cachonda? La respuesta a estos y algún otro misterio nos conducirán a una aventura repleta de acción, humor y sexo. Fer, Rocki y Patty muy pronto van a descubrir el enigma que se esconde detrás de Valeria. Y cuidado que salpica. José Blanco (alias Jota en este álbum) demuestra todo su talento gráfico con unos dibujos de gran fuerza y un dominio sorprendente de la acción, los planos y la secuencia narrativa para ser su primera obra larga.

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Esta obra trata de reconstruir, echando mano tanto de los recursos de la historia como de los de la literatura, el personaje y la trayectoria del político, escritor, filósofo, educador y hombre Polémico que fue Jose Vasconcelos. Jose Joaquin Blanco acumula, narra y analiza una vasta informacion que cubre toda la trayectoria y toda la obra de Vasconcelos, a partir de sus hechos y de sus libros. Por supuesto desde un punto de vista personal y discutible. No se trata de enjuiciar o decidir la ultima palabra sobre un hombre y un periodo tan contradictorios, sino de rescatar datos, perfiles, fragmentos, que aporten al lector una introduccion suficiente al hombre y la obra, animada a veces por el punto de vista del autor. Del Porfiriato al gobierno de Adolfo Lopez Mateos transcurre una epoca de la que Vasconcelos fue actor y, en varias ocasiones, protagonista. De ahi que esta evocacion critica sea tambien, paralelamente, una reflexion sobre el pasado (cultural y politico) inmediato de Mexico.

Poesia de José Blanco

Subo al alto de Ilharrita buscando los monumentos. Pongo en manos de los vientos la ceniza que me habita. Mi cuerpo se deposita hecho un ovillo a tus pies, oh sol que todo lo ves, descendido a mi ascendencia, investido de inocencia, para nacer otra vez.