Izena duen guztia da, todo lo que tiene nombre existe, nos recuerda el dicho popular, y este libro recoge los nombres de todos esos seres que poblaron el mundo mágico de los vascos y vascas de antaño, incluidos algunos que de la literatura dieron el salto a eso que llamamos tradicion, y que siguen estando presentes en la actualidad. Porque, de acuerdo, de una manera diferente, ¿pero acaso Mari, Basajaun, Amaia u Olentzero no forman parte de nuestras vidas? Y todos esos seres se repiten, con otros nombres, con sus propias peculiaridades, como no, en todas las mitologias del mundo, porque surgen de los anhelos y, por supuesto, de los temores consustanciales a los seres humanos desde la noche de los tiempos. Como las aguas del mar dice Jose Dueso, un autentico especialista, las distintas mitologias pertenecen a un mismo oceano. Este libro es un cuaderno de bitacora de una singladura por ese oceano que permite conocer Quien es quien en la mitologia vasca y sus parientes por el mundo.
Este libro tiene bastante de enciclopedia, porque aborda la práctica totalidad de los procesos por brujería, tanto religiosos como civiles, conocidos en Euskal Herria, y mucho de manual, porque lo hace de forma sucinta y muy amena. Siempre, en todo caso, con el rigor que caracteriza al autor, Jose Dueso, un autentico especialista en todo lo relacionado con la brujomania. Por eso, este libro incluye los casos mas conocidos, como el de las brujas del Anboto, Juanis de Bargota, la razia de Pierre de Lancre en Lapurdi y, por supuesto, Zugarramurdi. Pero tambien otros que no han transcendido tanto, como el de las tres Marias de Piedramillera, el gato que hablaba vascuence de Orikain, los conjuros que hicieron naufragar a la flota del almirante Oquendo en Bidarte o el Sabbat de la Llanada alavesa que supuestamente se celebraba en el paso de San Adrian. Incluso casos de denuncias tardias, como la de la familia Basurto de Bilbao contra las brujas de Atxuri en un tiempo en el que ya (casi) nadie, y la Inquisicion menos que nadie, creia en tales patrañas. Porque eran patrañas y, a veces, no esta de mas expresar lo obvio: aquellas que fueron sometidas a diversas penas y con frecuencia terminaron en la hoguera no eran brujas, sino personas normales y corrientes, en su mayoria, mujeres.
Izena duen guztia da, todo lo que tiene nombre existe, nos recuerda el dicho popular, y este libro recoge los nombres de todos esos seres que poblaron el mundo mágico de los vascos y vascas de antaño, incluidos algunos que de la literatura dieron el salto a eso que llamamos tradicion, y que siguen estando presentes en la actualidad. Porque, de acuerdo, de una manera diferente, ¿pero acaso Mari, Basajaun, Amaia u Olentzero no forman parte de nuestras vidas? Y todos esos seres se repiten, con otros nombres, con sus propias peculiaridades, como no, en todas las mitologias del mundo, porque surgen de los anhelos y, por supuesto, de los temores consustanciales a los seres humanos desde la noche de los tiempos. OComo las aguas del mar -dice Jose Dueso, un autentico especialista-, las distintas mitologias pertenecen a un mismo oceano". Este libro es un cuaderno de bitacora de una singladura por ese oceano que permite conocer Quien es quien en la mitologia vasca y sus parientes por el mundo.
Este libro tiene bastante de enciclopedia, porque aborda la práctica totalidad de los procesos por brujería, tanto religiosos como civiles, conocidos en Euskal Herria, y mucho de manual, porque lo hace de forma sucinta y muy amena. Siempre, en todo caso, con el rigor que caracteriza al autor, Jose Dueso, un autentico especialista en todo lo relacionado con la brujomania. Por eso, este libro incluye los casos mas conocidos, como el de las brujas del Anboto, Juanis de Bargota, la razia de Pierre de Lancre en Lapurdi y, por supuesto, Zugarramurdi. Pero tambien otros que no han transcendido tanto, como el de las tres Marias de Piedramillera, el gato que hablaba vascuence de Orikain, los conjuros que hicieron naufragar a la flota del almirante Oquendo en Bidarte o el Sabbat de la Llanada alavesa que supuestamente se celebraba en el paso de San Adrian. Incluso casos de denuncias tardias, como la de la familia Basurto de Bilbao contra las brujas de Atxuri en un tiempo en el que ya (casi) nadie, y la Inquisicion menos que nadie, creia en tales patrañas. Porque eran patrañas y, a veces, no esta de mas expresar lo obvio: aquellas que fueron sometidas a diversas penas y con frecuencia terminaron en la hoguera no eran brujas, sino personas normales y corrientes, en su mayoria, mujeres.