José Manuel Bermudo

Maquiavelo, consejero de príncipes es una lectura nueva y polémica de Maquiavelo que sirve de apoyo a una interpretación maquiaveliana de nuestro tiempo. Se rechazan las interpretaciones tradicionales (maquiavelismo como "doctrina del mal", El Principe como respuesta a una coyuntura sociopolitica ...) y se define el pensamiento del napolitano como una teoria del Estado de excepcion.. . .

Este segundo tomo pretende la reconstrucción, a partir de los textos apropiados de una lista corta pero ejemplar de filósofos, de distintos modelos de ciudad, de distintas maneras de pensar la libertad. Es decir, aspira a la reconstruccion sistematica de la idea de comunidad politica de los autores seleccionados.

Esta introducción a la reflexión filosófico-política pretende ofrecer una manera de ver la política, de pensar la ciudad, de comprender las condiciones y reglas que hacen posible que los hombres vivan juntos; exponer una representacion de la politica vista desde una posicion filosofica que ha de ser justificada como posible y actual en los estrechos limites que dos milenios y medio de filosofia han dejado a la razon.

Los tiempos de crisis son tan propicios a la creación filosófica como a la destrucción de su elemento nutriente, la promesa de libertad. […] El individuo, que siempre refleja parcialmente lo social, se siente abrumado por la misma determinación que padecía durante las épocas de bonanza y entonces parecía no notar. En la crisis, por un lado, la capacidad de maniobra del sujeto se reduce, mientras que, por otro, la transformación crítica del objeto la amplía, si bien aquél sólo accede a esta consciencia particular cuando ya es demasiado tarde o, como sugirió Hegel en una recordada imagen, al atardecer. […]los tiempos de crisis cierran opciones, reajustan posibilidades y dejan pocos caminos abiertos. Pero uno de ellos es, siempre, el de una nueva oportunidad antropológica. La crisis une a través del sufrimiento común, alienta replanteamientos globales, revela el rostro del hombre en las mecánicas que se habían supuesto impersonales. Aquel que no pierde ni la paciencia ni los nervios gana así, a cambio, una auténtica posibilidad de ilustración: no ya el conocimiento tópico de que todos estamos en el mismo barco, sino el de que todos somos el mismo barco.

Figuras de la dominación pone un broche reflexivo a toda una serie de trabajos colectivos que han ido jalonando la trayectoria del Seminario de Filosofía Política de la Universidad de Barcelona, desde hace ya mas de una decada, y entre los cuales cabe mencionar Pluralismo filosofico y pluralismo politico (2003), Hacia una ciudadania de calidad (2007), Derechos, libertades, emancipacion (2010) y Figuras de la emancipacion (2011). En este caso, los autores fueron convocados a pensar sobre dosasuntos de calado: de un lado, sobre el designio de la filosofia politica en nuestro tiempo y, del otro, correlativamente, sobre que viejas y nuevas formas de la dominacion pueden detectarse en el presente y como es posible si es posible combatirlas. Los academicos a los que se les ha solicitado su colaboracion para este volumen son investigadores activos y de excelencia contrastada en España e Iberoamerica, y han respondido con el rigor y la solvencia que les caracteriza. En esta ocasion, comparten las paginas del volumen Javier de Lucas, Fernando Broncano, Pere Vilanova, Jose Manuel Bermudo, Susana Villavicencio, Ciro Alegria, Horacio Capel, Joaquin Valdivielso, Brendan Hogan, Andytias Soares de Moura y Angeles Perona. Sus propuestas componen un ramillete de perspectivas en que el avatar de la filosofia politica aparece vinculado con los cambios que trastornan las visiones de la politica y la politica misma, con la emergencia de nuevas o no tan nuevas formas de la dominacion; conectado, en definitiva, a sus movimientos de fondo, a su esencia y, tambien, a sus necesarias apariencias.

Este libro es una sentencia formulada desde el final, con el recorrido ya hecho. Hegel nos reveló con la metáfora del búho de Minerva que la historia, cualquier historia, también la íntima historia del proceso de pensamiento individual, solo se nos revela al anochecer. A diferencia de los dioses, los hombres tenemos esa suerte, pues en esa carencia reside la posibilidad misma de la historia y d ela vida humana. Ser Dios debe ser insoportable; tal vez por eso los hombres, despues de haber creado su esencia, los desfiguran en representaciones antropomorficas, para que resulten envidiables.No podia partir de la perdida definitiva del ciudadano, de su desaparicion con el mundo en que surgio como ideal posible y realizable; no podia partir de esa verdad, aunque estuviera presente como sospecha. Solo al final -y un final siempre provisional- toma sentido esta sentencia. Porque, bien mirado, en los trabajos recogidos en este volumen, incluso en los mas reivindicativos, siempre esta presente la perdida de ese ideal de ciudadania sobre el que pivotaba la sociedad burguesa. Nuestros tiempos no son tiempos de ciudadanos; el ideal republicano quedo en las cunetas de la historia. El capitalismo de consumo no necesita, no soporta, individuos - ciudadanos, solo necesita y fomenta individuos consumidores.