José Manuel García López

¿Qué puede hacer que un joven médico llamado Manuel Sábato, despreocupado y protagonista de una vida caótica, monótona y sin alicientes, acabe en la mismísima cárcel acusado de asesinato? Cuando Manuel Sábato decide cambiar su vida y ayudado de Ramón realizar una oscura estafa relacionada con la prostitución en Zamora , su vida se convierte en una cuesta abajo delirante, sin pausa, donde los sobresaltos, los descubrimientos impresionantes, las grandes sorpresas impresionan tanto al protagonista como al lector de esta obra. Estamos ante un texto frenético, donde sale a relucir el desasosiego de un hombre joven que no encuentra su sitio y cada vez que aumentan sus dudas, cada vez que intenta buscar una salida crecen sus descubrimientos y sus peores presagios. José Manuel García López, escritor nacido en Vigo en 1977, ha escrito una novela de las que sorprenden por el desarrollo enorme de la imaginación y la intensidad de los personajes. El sendero de las mentes esparcidas es uno de esos libros en los que el lector no encuentra el momento de abandonar la lectura, su forma de narrar, atrevida, moderna y ágil es toda una garantía para sus obras futuras.

Alberto es un ser solitario y desencantado a quien las circunstancias han empujado a tener que cuidar de su madre enferma, la cual ya no conoce y necesita de su hijo para alimentarse, para ir al baño, para mantener una precaria existencia. Alberto carece de amigos. La mala alimentación, el desorden, le han convertido en un ser obeso y anquilosado, carente de aficiones, de pasiones, tan sólo ver la televisión para no pensar. Su vida es un discurrir monótono hacia el abismo, y su única compañía son sus recuerdos, recuerdos de cuando estudiaba, de cuando todavía vislumbraba un atisbo de esperanza. Es alcohólico desde que terminó la universidad tardíamente, con treinta años, cuando la sociedad de exigía hacer algo, trabajar, poner en práctica lo invertido. Pero entonces tuvo miedo y se decidió por la inacción. La idea de quedarse en casa con su madre le había parecido más sencilla. ¿Por qué luchar? ¿Para qué conseguir un trabajo? ¿Por qué perder el tiempo con todas esas cosas si podía comer manejando la pensión de su madre? Y adentrándose en la madurez comprende que todo lo que ha hecho no le ha servido de nada. De pronto, su agónica aunque previsible existencia cambia: es acusado por desatender a su madre. Entonces, a la espera de juicio por desnutrirla, por no darle de beber, por no besarla, por no limpiarla, decide emprender una huida hacia sí mismo, hacia su pasado e inicia la furiosa búsqueda de aquellos que se habían cruzado en su vida, que habían sido sus amigos, de esas escasas mujeres que había besado; pero no para ser redimido, sino para intuir por qué ha llegado a esa situación carente de esperanzas. Esa búsqueda le llevará a deambular por el laberinto urbano de Vigo, viviendo situaciones imprevisibles, descubriendo personajes al límite, entrelazándose en historias que en un principio parecían vedadas, llevándole cada vez más y más cerca de su propio abismo.