Contando resistencias nace como un alivio, como un suspiro hondo que sube rápido desde los pies y sale por mi garganta, después de pegarle un buen grito al mundo que nos habita. Así es que vino este libro y asi tambien camina: lento. Desafiando a las colas del super, a las agujas del reloj, a los bancos que te roban y a los que reclaman tu trasero, a los hombres superiores y a los gobiernos mediocres. A los globalizadores y al siroco que nos quema los ojos. Palabra mas palabra para contar las desventuras y fortunas de unas cuantas resistencias. Acariciandolas para que fueran un trozo de vida y no un repliegue, un acorazarse para aguantar. Limpiandolas y poniendolas bonitas, para demostrar que resistir es, sobre todo, crear. A los cuatro vientos, o a los ocho, o a los veinticinco, gritamos alto que el amor resiste a la rutina, a la atrapadora creencia de pensar que todo transcurrira segun lo previsto. Son cuentos rebeldes, de los que escogen su propio destino, sin interferencias, sin imposiciones y sin futuros predeterminados. Cada uno se fue construyendo solito, mirando alrededor o buscando en lo mas adentro de mi cuerpo, para acabar mostrandose sin pulimentos, sin filigranas rebuscadas. Amigos del compromiso, tontearon con la militancia vital y se arregostaron con la utopia que nos ayuda a caminar. Despacito, como si de atravesar el dulce desierto que los saharauis tanto anhelan, se tratase. A lomos de un dromedario listo, que huele el agua a kilometros, que sabe donde estan las matas verdes que le ayudan a sobrevivir, que camina y camina siguiendo las estrellas de la esperanza. Uniendo palabras, tejiendo historias, construimos esta talega, como las que hacen las mujeres tiernas del occidente isleño. Navegando por este Atlantico que nos rodea y que nos enseña islas de lapas, islas magicas, islas de arena, islas con cuerpo de mujer, islas que se empeñan en esconder sus bellezas, para que no las amancillen, para que no las construyan. Andan tambien estas islas, aunque no seamos capaces de detectarlo, resistiendo. Con el silencio que se acumula de siglos, con la identidad que se refuerza cada d&i
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