El autor con este libro nos da pautas para hacer frente a las adversidades de la vida y nos da ánimo. Las apariencias siempre engañan pero hay gente bondadosa y amable que quiere y está dispuesta a ayudarnos en nuestros problemas diarios.Hay que ser fuerte y tener ilusión para salir de los baches malos. Aunque a veces haya que sufrir y pasarlo mal, es muy gratificante la alegría que nos brota cuando hemos superado los problemas y los malos momentos.
Son 180 testimonios para sufrir menos y mejor si sabes..."cómo". Palabras que pretenden a ayudarnos a convivir con esa dimensión, la del padecer. Ante el dolor, José Mª Alimbau no habla nunca de resignación, que es pasiva, sino de aceptación serena, gozosa, plena, que es motor para la acción. De la ternura que es el mejor bálsamo para curar las heridas.
José María Alimbau presenta en Editorial Claret esta nueva edición revisada de su último libro, un compendio de razones para tener y para dar ánimo. Tal como indica el obispo auxiliar de Barcelona, Sebastia Taltavull, en el prologo del libro, ¡Animo! es un buen acompañante para rehacer actitudes y experimentar que en el fondo de nuestra personalidad existe una capacidad interior capaz de hacernos superar muchas vicisitudes y de abrirnos a adquirir y dar, como dice el autor, valor, fuerza, coraje, empuje, aliento y vida.
Son testimonios y temas de la vida de cada día. Palabras que son un estímulo y que dan sentido a todo cuanto nos ocurre. Lo que aquí vas a encontrar, tal vez lo has vivido, o lo has pensado alguna vez. Todas las personas reaccionamos de una manera muy parecida ante el sufrimiento, la enfermedad, en los momentos difíciles y en los de felicidad y alegría.
¡Gracias, madre, por haberme dado tanto! A quienes hemos llamado madre, mama, mamá, meta, va dedicado el presente libro. Se ha cumplido, personalmente, una realidad, un anhelo, un deseo, un pensamiento, una ilusión, una promesa, un agradecimiento... hacia aquella mujer que fue la madre del autor -la tuya, la suya, la de todos-. Dicha ansia y compromiso los ha llevado J. M. Alimbau en su interior, desde su infancia y juventud: agradecer a su madre, que quedó viuda con dos niños, unos de ocho años (el hermano mayor del autor), y él mismo, de cuatro años. Ella les dio todo cuanto han sido y son. A una madre se lo debemos todo.