Khol, El príncipe pálido es la segunda entrega de la trilogía Khol, cuyo primer libro Khol, Gilgamesh y la muerte, fue publicado en esta misma colección con el número 31. La historia se desarrolla veinte años después de las primeras aventuras de Gilgamesh, cuando éste ya ha olvidado sus antiguos deseos de gloria, pero se ve forzado a abandonar su refugio en el Bosque de los Cedros para completar un viaje iniciático hasta el extremo occidental del Mediterráneo, en la costa SE de la Península Ibérica, donde se encontrará definitivamente con su destino. El argumento está inspirado en los rumores y noticias que recorrieron el Mediterráneo Oriental en los años previos al nacimiento de Jesucristo, cuando los iluminados anunciaban que iba a nacer un nuevo dios, y muchos de los personajes notables de la época, incluido el propio Calígula, creyeron ser el dios anunciado por las profecías. Por esta vía, la novela se convierte en una extensa metáfora del proceso por el cual el monoteísmo racionalista suplantó a los antiguos cultos politeístas, vinculados a la magia y los sentimientos.
Khol, La piedra resplandeciente es la tercera entrega de la trilogía de Khol (en esta misma colección Khol, Gligamesh y la muerte, núm. 31 y Khol, El príncipe pálido, núm. 32). La extensa red de referencias, personajes, lugares y acontecimientos que sirve de base ambiental a los dos primeros volúmenes invitaban a esta nueva historia que nos remite a los orígenes mitológicos del ciclo y donde quedan cerrados todos los cabos argumentales. La aventura está ambientada en las costas de la localidad de Águilas (Murcia) durante la Edad del Bronce y gira en torno al encuentro de culturas entre los navegantes y aventureros del Mediterráneo Oriental y los llamados brien ondai (hombres azules) que aún mantenían una economía y una sociedad ancladas en el Neolítico. De entre los brien ondai nace un héroe, Idar Dorainn, que salvará a su pueblo de los hombres de bronce, a quienes, al mismo tiempo, robará el secreto de la metalurgia. La novela entronca con la mitología mediterránea de la Edad del Bronce y traza, por tanto, una mitología posible para unas culturas de cuya vida espiritual no ha quedado traza alguna.