Inquilinos de parques y jardines, de cajeros automáticos y de portales de iglesia, de rincones y zaguanes abiertos. Náufragos del mar de las miserias, hospedados en el destierro del hambre y la justicia, vecinos del barrio del olvido, corazones con remiendos del pasado, angeles de cara sucia y alas de saldo con tara, y de entre ellos los personajes que aparecen en esta obra.
De las cenizas de una fallida democracia aguardan ansiosos tras más de cuarenta años de dolorosa espera, el resurgir de La República, a la que tanto se amó, a la que tanto se debe, y a la que tanto se maltrato y difamo en beneficio de unos pocos traidores a la democracia.