Niños, jóvenes y mayores viven una vida pletórica, hecha de alegrías y penas, duro trabajo, pasiones violentas, amores y odios irracionales, rezos y blasfemias. Poco a poco, víctima de la modernidad, el pueblo empieza a languidecer. Los jovenes, empujados por la necesidad, emigran en busca de un futuro mejor o a corromperse, no nacen niños y los viejos mueren. Y ese pueblo, en otros tiempos rebosante de vida, se ve condenado a ser un pueblo de casas caidas, abandonado. Al atardecer, rodeados de ilusiones rotas, cerramos los ojos y, en silencio, dibujamos rostros, ponemos nombres, lloramos, sonreimos, repasamos la vida y besamos recuerdos de cientos de pueblos donde solo quedan los gorriones.
Un curso en un instituto de enseñanza secundaria es como un río donde profesores y alumnos se sienten llevados por alegrías y frustraciones, éxitos y fracasos, sentimientos y razones.Rafael es un profesor de Filosofía, ácrata e idealista, comprometido con sus alumnos y con una idea muy personal de lo que debe ser la educación. Una de sus alumnas de segundo de bachillerato, Rocío, rebelde, instintiva, inmoral, irrumpe en su vida en ese momento crítico, preludio de la madurez.El curso prohibido, además de un análisis psicológico de los personajes y un ensayo de la vía erótica en la educación, es la historia de un curso vivido al borde del abismo.