Juan Cavestany

Más que una biografía del famoso boxeador, es un reflejo de la España franquista de finales de los 70, esa que ya aspiraba a ser europea. «No existe una biografía de Urtain, así que tuve que hacer mu

Entrar en Macbeth es asomarse a una pesadilla universal. Una pesadilla que ocurre más allá de la codicia y la ambición de poder: allí donde el ser humano pierde el control. Donde uno actúa primero y luego piensa sobre lo que ha hecho. Los Macbez es Macbeth traido a Galicia, en el presente, y con el protagonismo puesto en la entidad bicefala que es este matrimonio herido y voraz.Pero lo grave es que podria ser el gobierno de casi cualquier otro tiempo y lugar.Macbeth se ve con los ojos y con la cabeza, pero se recuerda con el estomago, en la tension arterial. Porque Shakespeare no elabora una advertencia ni una moraleja para que la procesemos, sino que siemplemente nos ofrece un espejo para mirarlo, como las brujas hacen con nuestro heroe. De ahi que siga siendo una funcion maldita y contagiosa.

Como resultado de la investigación teatral sobre un hecho histórico, el del golpe de estado del General Pinochet sobre el Gobierno de Salvador Allende, nace Shock (El cóndor y el puma). Un teatro-documental donde se representa la historia, pero para conocerla desde la emocion. Representar nuestra historia es la voluntad de conocernos a nosotros mismos. Nuestra sociedad de hoy es el resultado de lo que construimos o destruimos ayer. El capitalismo imperante de hoy se fragua durante mucho tiempo pero tiene un impulso fundamental tras el final de la segunda guerra mundial, en parte gracias, o a pesar, de la Doctrina del Shock. Y el golpe de Chile es su primer experimento.

VERGÜENZA, guion de Alvaro Fernández Armero y Juan Cavestany.

Dos pijos confesos y orgullosos de su condición monologan al evocar con nostalgia sus momentos de gloria en los años ochenta. Siguen vistiendo polo Lacoste, se desplazan en Vespa, bailan en Pachá y eternizan sus estudios de Derecho. Esta feliz situación se debe a una suerte de desdoblamiento que convierte a los protagonistas de la película dirigida por Juan Cavestany -Borjamari (Santiago Segura) y Pocholo (Javier Gutiérrez)- en filósofos de la vida pija, en personajes literarios que analizan los grandes iconos que han dado sentido a sus existencias: las chicas, los amigos, el alcohol, las motos, Mecano... Una étia y una estética en la que a buen seguro todos nos reconocemos pues, como dice el autor, todos -aunque no queramos confesarlo, aunque hayamos acusado de pijos a los demás-, hemos ejercido de pijos en algún momento de nuestras azarosas vidas.

El Asombroso Mundo De Borjamari Y Pocholo Cavestany, Juan Guión cinematográfico de la película "El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo" escrito por Juan Cavestany y Enrique López Lavigne. Incluye un prólogo escrito por Santiago Segura y la ficha artística y técnica de la película

Más que una biografía del famoso boxeador, es un reflejo de la España franquista de finales de los 70, esa que ya aspiraba a ser europea. «No existe una biografía de Urtain, así que tuve que hacer mu

Texto del montaje del Centro Dramático Nacional dirigido por Mikel Gómez de Segura. Se trata de un proyecto en el que a través de los textos de Juan Cavestany, José Manuel Mora, Borja Ortiz de Gondra, Yolanda Pallin y Laila Ripoll, se plantean cuestiones relativas al eterno enfrentamiento entre el norte y el sur. Hasta hace poco tiempo las fronteras y puertas estaban claras. Protegian y defendian nuestro estatus y calidad de vida. Dividian claramente el norte del sur. Eran puertas que se abrian facilmente hacia el sur pero que resultaban dificiles de superar en la direccion inversa. Ahora las fronteras son trozos de tiza en el suelo. No evitan que se evadan riquezas economicas, culturales e intelectuales; ni que suframos hoy en Europa hambre, paro y perdida de derechos elementales. Ya nada es lo que era. Europa no es el balcon privilegiado que el sur envidia y sueña. Es una parte del mundo extraviada, en retroceso. Anquilosada, lenta, carente de pasion, de rumbo, parece no saber como abrir las puertas al siglo XXI.