Las difucultades que plantea el estudio del Zen desde el intelecto son de lo más variadas. Al Zen no se lo puede explicar. Sí se pueden ir planteando problemáticas de la vida real y a partir de allí acercarse a alguna posible solucion que podria aportar su sabiduria milenaria. El conocimiento del Zen es como esos sueños que nos invaden en la noche como una historia coherente y fabulosa, pero que cuando intentamos llevarlo a palabras apenas despertamos caemos en la cuenta de que ya ha perdido todo su sentido... y nos deja esa sensacion de que algo fabuloso se nos ha escapado de las manos en el ultimo momento. Planteada esta problematica, ¿es posible pensar en un Zen aplicado a los conflictos de la vida real?, o mas precisamente aun: ¿es posible imaginar las enseñanzas del Zen trasladadas al febril mundo de los negocios? El autor propone aplicar estas enseñanzas milenarias (asi como lanzadas al viento por verdaderos Maestros del pensamiento y la espiritualidad) y ver como cobran vida en auxilio de los desafios que les plantea el mundo empresarial desde todas sus perspectivas, aun las mas complejas.
Paciencia, sencillez, humildad, son términos poco usuales y hasta enfrentados con el mundo frenético y exigente de los negocios; y llegar a la conclusión de que el Tao, este antiguo tratado chino que nos espera lleno de buenas ideas, se basa en estas virtudes en desuso, sera una verdadera sorpresa. Paciencia, sencillez, humildad, moderacion, son terminos que, como minimo, nos van a exigir romper con una larga tradicion en cuanto a la forma de llevar adelante negociaciones y situaciones de liderazgo.