Julia Emperador nació en Zaragoza. Ha realizado estudios de Arte y Humanidades en París y Barcelona, ciudad donde reside. Es Secretaria General de una ONG dedicada a la infancia y adolescencia, donde nacen algunos de sus temas literarios, profundamente humanos. Ha publicado La Tertulia de la Nave Errante (Laertes). Es autora de cuentos y narraciones breves. Como articulista colabora en diversas publicaciones. Viajera infatigable que sabe esmaltar los países y ciudades que visita con una delicada sutileza. En ésta su Memoria de París, ciudad donde vivió varios años, sabe conjugar una prosa tersa y brillante con un aire nostálgico y un tenue aleteo romántico. Julia Emperador ha conseguido un mundo literario muy personal.
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La autora despliega toda su imaginación y creatividad tomando a París como base de sus sueños: Una niña persa enferma consolada con cuentos fantásticos; historias de niños, libros y leyendas; encuentros y paseos por cafes y museos de Paris. Hay un amor profundo a los que padecieron la tuberculosis (enfermedad muy literaria), como Modigliani, Delacroix, Chopin y Kafka y hace un recorrido delicioso y nostalgico por casas de escritores como Proust, Balzac, Hugo o Zola. Los ultimos relatos terminan por paseos de montaña e historias de brujas. Un libro excelente, donde el rigor literario, la imaginacion, la poesia y el amor a Paris componen la paleta cromatica de esta Memoria de Paris. La naturaleza magica de la ciudad parece mantenerle en un encantamiento melancolico, cuya energia desprende en todo momento un efecto onirico.
Un libro delicado y exquisito donde la escritora despliega toda su sensibilidad y su universo femenino en las ciudades por donde discurren sus personajes que descubren una nueva geografía artística y humana. Los protagonistas nos transportan a la Barcelona modernista de Gaudí y Domenech i Muntaner, por la casa del poeta Maragall, por el exquisito Círculo del Liceo y el peculiar barrio de Gracia. En Nápoles nos envuelve la huella griega y aragonesa, las bellísimas mitologías, los tesoros del Museo de Capodimonte y el espíritu libertario de Caravaggio. En Zaragoza saboreamos la huella de Gargallo y de Goya, incluido un viaje a su casa natal de Fuendetodos y un recuerdo nostálgico del jardín donde discurrió la infancia de la escritora. En Sicilia, refulgen las huellas griegas y normandas: Agrigento, Monreale, Segesta, Selinunte y un recorrido exquisito por el alma artística e histórica de Palermo. Nos despide desde el bello pueblo siciliano de Erice, mirando al mar de África. Es un bello reposo en su camino. La pluma de Julia Emperador adorna las ciudades con una nueva magia, una nueva mirada, un territorio literario personal.