Kate Bolick creció pensando que acabaría casándose. Incluso tenía una fecha límite para hacerlo: los treinta años. Se concedió hasta entonces para estudiar, experimentar y decidir qué hacer con su vida profesional. Sin embargo, cuando llego a la treintena ese deseo de casarse se habia evaporado. Una nueva decada cargada de ambiciones se abria ante ella. Y el matrimonio se convertia en una molestia. K. Bolick no ha escrito un libro de autoayuda ni una guia inspiracional. A traves de su mirada y de su experiencia consigue explicar como la literatura de Edna St.Vincent Millay, Maeve Brennan, Edith Wharthon, Neith Boyce y Charlotte Perkins Gillman la ayudaron a apasionarse, a no buscar en los demas sino en ella misma, a vivir como una mujer que no necesita de nadie para construir su identidad.