Democracia para realistas arremete contra la romántica teoría vulgar en la que se asienta el pensamiento contemporáneo sobre política y gobierno democráticos, ofreciendo una provocadora visión alternativa centrada en la naturaleza humana de los ciudadanos democraticos. Gracias a una amplia variedad de pruebas procedentes de las ciencias sociales, incluidos ingeniosos e ineditos analisis sobre temas que abarcan desde el aborto y los deficits presupuestarios hasta la Gran Depresion y los ataques de tiburon, Christopher Achen y Larry Bartels desmienten la imagen generalizada de ciudadanos concienciados que dirigen el rumbo del Estado desde las urnas de votacion. Argumentan que los votantes -incluso los mejor informados y mas implicados- eligen partidos y candidatos en funcion sobre todo de sus identidades sociales y lealtades partidistas, no de cuestiones politicas. Ademas, demuestran que los electores ajustan sus opiniones politicas e incluso sus propias percepciones sobre asuntos objetivos para que se correspondan con dichas lealtades. Cuando los partidos estan mas o menos igualados, las elecciones a menudo dependen de consideraciones irrelevantes o engañosas, como repuntes economicos o recesiones que escapan al control de los gobernantes; en esencia, los resultados son aleatorios. Asi pues, los electores no dirigen el rumbo de las politicas publicas, ni tan siquiera de forma indirecta. Achen y Bartels sostienen que la teoria democratica debe basarse en los grupos identitarios y los partidos politicos, y no en las preferencias de los votantes individuales. Democracia para realistas plantea un serio desafio al pensamiento convencional, señalando el camino hacia una interpretacion radicalmente distinta de las realidades y el potencial del gobierno democratico.