La reciente Encíclica Tutti Fratelli del Papa Francisco dedica una buen aparte de su contenido a las características estructurales de la sociedad occidental. Su análisis, a menudo bastante negativos, e apoya en pensadores cristianos remotos como, por ejemplo, Juan Crisostomo que no pudo prever el desarrollo de las ciencias sociales en los ultimos tres siglos. Lorenzo Infantino ha leido con atencion el texto de la enciclica y pone de manifiesto para el lector el enorme contraste existente entre las aspiraciones del Pontifice de lograr una sociedad abierta, y las criticas que dedica a la propiedad privada y a la institucion de los mercados, ignorando los aludidos desarrollos cientificos que hace mas de mil años nadie podia prever.Pero Infantino resalta demas lo que supone haber ignorado en el texto papal las importantes aportaciones de la escuela de Salamanca española, donde los tardoescolasticos fueron pioneros en el desarrollo de la cooperacion social voluntaria, la teoria del valor y del precio. Asi como, las aportaciones italianas a la asignacion correcta de los recursos economicos que tienen como protagonista al humilde franciscano Luca Pacioli, por no hablar de autores catolicos mas cercanos como Antonio Rosmini, Friederic Bastiat, Wilhem Ropke, Luigi Sturzo, Luigi Einaudi, y Michael Novak y sus discipulos, que vieron en el mercado la manifestacion mas clara de nuestra reciproca dependencia.El autor se detiene tambien en la doctrina social de la Iglesia a partir de la Rerum Novarum de Leon XIII y la Centesimus Annus de Juan Pablo II, constatando el retroceso y la fractura que supone la predicacion del Papa Bergoglio respecto a algunos de sus predecesores