Te quiero viva, burra es una súplica. La frase original es el grito de Julio Cortázar intentando, sin éxito,rescatar del abismo a Alejandra Pizarnik, pero sirve para salvar la memoria de ot
Te quiero viva, burra es una súplica, la de Julio Cortázar a Alejandra Pizarnik cuando la poeta ya estaba demasiado cerca del abismo. La tomo prestada para el título del libro intentando que estas mujeres no caigan en el olvido o, en algunos casos, que se malverse su legado. La libertad tiene, cuando se nace mujer a destiempo, mas de castigo que de recompensa. Patricia Gadea, Camille Claudel, Violeta Parra, Dora Maarr, Heidy Lamar o Alfonsina Storni, entre otras, pagaron un precio muy alto por poder vivir y crear como ellas querian. Algunas, incluso, empeñaron en ello sus vidas. Sus mentes tan brillantes fueron consideradas peligrosas; sus ideas, fuertes, sintomas de locura; sus deseos, feroces, las quemaron por dentro. Es su actitud inconformista las une en estas paginas, que son un reconocimiento a todas ellas. Un intento de saldar una larga deuda contraida por su valentia, su lucha, su memoria y su legado universal.