Luis González Antón

El gran debate ideológico y político en la España contemporánea sobre la conformación del Estado ha tenido siempre como ingrediente básico las visiones mitificadoras de progresistas y conservadores sobre las constituciones liberales de los diversos reinos, que el nuevo Liberalismo debía, sencillamente, reconocer y recuperar. Constituciones liberales, independencia política y derechos nacionales defendidos con éxito por las respectivas Cortes antiguas. Esta idea fue uno de los elementos de inspiración de los nacionalismos periféricos del siglo XIX, de talante muy conservador y hasta reaccionario, pero que tampoco dejaba de ser manejada por sectores progresistas, republicanos y federalistas. Después, la oposición liberal-democrática al franquismo y, a la vez, las lógicas reacciones contra el nacionalismo castellanista del Régimen, han venido a realimentar y sostener tales visiones míticas y, también, con llamativas incongruencias. Este libro es el primer análisis global de los cinco parlamentos españoles de los siglos modernos, escrito desde la preocupación metodológica de contrastar teorías y doctrinas con los hechos desnudos; de explicar las distintas facetas de una realidad rica y plural. El Mito es la negación de la Historia. Hay mitos inocuos, pero los hay de mucho calado, cuidadosamente cultivados y que algunos pretenden intocables. El de las Cortes Antiguo Régimen como símbolo de una oposición liberal contra el Estado despótico y centralizador es uno de esos mitos que perturban gravemente la comprensión del pasado y aun la construcción del presente. Y en el presente caben las fórmulas más progresistas y avanzadas, con la sola condición de no manipular su fundamentación histórica. Luis González Antón (Belorado, Burgos, 1940) es Premio Extraordinario de Licenciatura y de Doctorado (Universidad de Zaragoza, 1962 y 1972) Y Catedrático Numerario (1965) del Instituto J. Zurita de Zaragoza. Autor, entre otros muchos trabajos, de Las Uniones aragonesas y las Cortes del Reino. 1283-1301, 2 vols. (Zaragoza, CSIC, 1975), Las Cortes de Aragón (Zaragoza, Librería General, 1978) y, con colaboradores, de La Corona de Aragón. IV. La Consolidación (Zaragoza/Barcelona, Ed. Aragó, 1989). Ha participado en la redacción de la Enciclopedia de Historia de España, dirigida por M. Artola (Madrid, Alianza, 1988, 3 vols. aparecidos). El Dr. González Antón es igualmente Catedrático de Escuelas Universitarias (1980), miembr

Un acercamiento a nuestra historia que quiera serlo a la vez a ESPAÑA Y LAS ESPAÑAS debe intentar explicar la tensión entre el sentimiento de comunidad política y la percepción de las diferencias internas, fenomeno este nada insolito en los grandes estados europeos. LUIS GONZALEZ ANTON lleva a cabo en este libro un recorrido por la historia de España partiendo del punto de vista de que no es un pais tan original como a menudo se pretende y que sus rasgos esenciales, asi como los de cada una de sus regiones historicas, no pueden entenderse sin contemplarlos a la luz del desarrollo general del Occidente europeo. En el pone en pie una interpretacion de nuestra historia que apuesta por un debate riguroso que, desde la razon, aporta soluciones al viejo debate, aun no cerrado, de la estructura politico-territorial que requiere nuestro pais.

La falsificación de la Historia es el principal soporte ideológico y doctrinal de los reaccionarios nacionalismos identitarios surgidos en España a fines del siglo XIX. Se han construido sobre mitos absurdos y la invención de conciencias nacionales en un ayer remoto, en un proceso extravagante sin parangón en Europa. El recorrido por nuestra historia que se hace en este libro demuestra que, por encima de la diversidad de los reinos medievales o las tensiones generadas por unos u otros grupos de poder en el seno del más antiguo Estado europeo, siempre hubo una viva conciencia de España como entidad histórica, política y sentimental, vivida y expresada con el mismo énfasis en todos los rincones del país, ya sea en el siglo XIII o en el XVIII. Los nacionalistas han llegado hoy no sólo a pervertir la realidad histórica, sino a agredir a la España de todos precisamente cuando la Constitución de 1978 ha puesto en pie el sistema más descentralizado y respetuoso con las peculiaridades regionales existente en el mundo occidental.