Interpretar el arte nos brinda la ocasión de acercarnos a una colección de obras consideradas únicas, con forma, color y presencia propios, para comprender el significado que encierra cada una de las cien obras maestras seleccionadas, sin perder el placer de contemplarlas.
Las dos obras que se editan en este volumen pueden englobarse dentro de las preocupaciones de Albert Boadella por la ecología y el equilibrio medioambiental, temas que con menor intensidad ya aparecían en otras obras de la compañia y que permiten caracterizar el teatro de Els Joglars por la union de actualidad e investigacion estetica. Controversia del toro y el torero es una sintesis literaria de todo lo que Boadella como escritor y aficionado a los toros ha reflexionado sobre la defensa de la tauromaquia, que se basa, sobre todo, en la consideracion del toreo como un arte y de su ejecutor como un artista. Boadella se enfrenta en este texto a lo elemental: la muerte, uno delos temas que mas ha tratado la literatura. La cena es una satira, una mirada distorsionante, sobre un tema que nos afecta a todos: el cambio climatico, pero utilizado como comercio y beneficio de quienes pretenden usar la ecologia como negocio o como una especie de nueva religion.
La melancolía es, en nuestra cultura, un mito inmortal. Nacida como una enfermedad de invención griega causada por los desajustes de la bilis negra un espeso líquido oscuro, vehículo de padecimientos y manias, pero asociado tambien a la fineza espiritual, el talento artistico y la vocacion heroica, desde muy pronto desbordo el campo medico y se convirtio en el sello autentificador del genio creador. Es asi como llega al siglo xx, despojada del lastre retorico pero conservando intacto su sentido existencial: como la mejor respuesta interior al espiritu de crisis y vertigo, pero tambien de ambicion, con que se afronta el nuevo siglo; como la experiencia inseparable de cierto sentimiento doloroso de la modernidad'. Una modernidad, en lo artistico, atravesada de narcisismo, exaltacion y desconcierto. Se adivina en los escritos mas personales de algunos artistas: las memorias de De Chirico, los diarios de Klee, las cartas de Mondrian; pero tambien en su obra: en la paleta sombria de Vlaminck; en los polvorientos cuadros de Schwitters; en el mundo solar de Matisse, en el genio incansable de Picasso, en la busca de lo absoluto de Malevich, en la carcajada estridente de los dadaistas. Todos ellos hablan en un idioma en el que es dificil no reconocer el cortejo de sintomas que siempre ha flanqueado esta enfermedad atavica que solo existe en la imaginacion de poetas y pintores: desdoblamiento ironico, narcisismo y furor creativo, desazon ante lo absoluto y fragmentacion de la experiencia, murria y excentricidades, inclinacion por lo residual y lo minusculo, el gusto de tomar las cosas por su lado inasequible, la paralisis como fuente de energia y, sobre todo, un entendimiento problematico, oscuro y nada complaciente del hecho artistico.
La admiración que Boadella profesa hacia Cervantes y su convicción de que en la época que vivimos la contundencia de Cervantes es moderna y necesaria son el punto de partida que explica que el autor del Quijote sea el inspirador de las dos obras incluidas en este volumen. El dramaturgo ha tratado de encontrar un camino que facilite al espectador de una manera natural el paso del siglo XVI y XVII a nuestros dias, con el fin de mostrar donde se encuentran algunos de esos modernos retablos, manejados por los grandes timadores actuales. Convencido de que ya no quedan vestigios quijotescos en nuestra sociedad, Boadella recurre a la obra cervantina para revivir la genialidad del autor y establecer paralelismos con el presente.La admiración que Boadella profesa hacia Cervantes y su convicción de que en la época que vivimos la contundencia de Cervantes es moderna y necesaria son el punto de partida que explica que el autor del Quijote sea el inspirador de las dos obras incluidas en este volumen. El dramaturgo ha tratado de encontrar un camino que facilite al espectador de una manera natural el paso del siglo XVI y XVII a nuestros dias, con el fin de mostrar donde se encuentran algunos de esos modernos retablos, manejados por los grandes timadores actuales. Convencido de que ya no quedan vestigios quijotescos en nuestra sociedad, Boadella recurre a la obra cervantina para revivir la genialidad del autor y establecer paralelismos con el presente.