En este libro intentamos exponer una forma de abordar el psicoanálisis del arte que hemos ido desarrollando durante más de una década. Presentamos dos trabajos. En el primero, "El método psicoanalítico y la investigación del arte visual", nos ocupamos de cómo el método psicoanalítico que sigue abierto a seguir construyéndose, estimula el acceso de la mente del analista al campo de la creatividad durante el trabajo con el arte. Receptor del potencial del arte para conducir su capacidad de representabilidad más allá de lo visible, el analista ante la obra que lo atrapa se interroga sobre lo desconocido. Nos ocupamos entonces de lo enigmático, de la figurabilidad y la representabilidad. El segundo trabajo, "El enigma y la pasión en la relación madre-hijo en la pintura del Renacimiento italiano", fue presentado en el panel inaugural del Primer Symposium Internacional sobre Psicoanálisis y Arte realizado por la Asociación Psicoanalítica Internacional en Florencia, en abril de 1997. En este trabajo de María Cristina Melgar y Raquel Rascovsky de Salvarezza, se plantea la dialéctica entre las pulsiones y el objeto de arte en momentos de cambios y transformaciones culturales y se propone que lo nuevo adquiere en el arte una enigmática figurabilidad.
El encuentro con un nuevo objeto de amor, las locuras eróticas en la vida, la erotomanía en la transferencia, la dialéctica entre fantasía y realidad, las construcciones y reconstrucciones del ser y del mundo en duelos y traumas son los temas elegidos por María Cristina Melgar para continuar profundizando en la metapsicología de la creatividad. Al igual que en libros anteriores, el arte y la literatura comparten sus revelaciones con las de la clínica psicoanalítica y son fuentes privilegiadas para ahondar en los misterios de la pasión. La pasión como desborde extralingüístico centra el itinerario de los capítulos de este libro. En todos, hay detenidas observaciones sobre los contrastes, las interrelaciones y las encrucijadas de los aspectos negativos y positivos de la pasión. La autora considera que la transgresión, las rupturas y los cortes en el universo simbólico liberan el sinsentido de la pasión, su costado energético y desacomodador de la estructura. Pero será el enlace entre la pasión y lo enigmático el disparador de la creatividad. La capacidad creativa de las pulsiones en sus avances regresivos y progresivos hacia lo enigmático del pasado y lo desconocido del futuro, generando originarios afectivos, intelectuales y de acción; la transformación de vacíos traumáticos y ausencias en identificaciones que mantienen la intersubjetividad dialogante con el objeto perdido del duelo; lo pasional en el analista; la pasión como intento de compensar la desolación sentimental; la aceptación de que la creación es una salida de la catástrofe traumática que no termina de evitar la destructividad de la repetición...; éstos son algunos de los temas de interés en una obra donde María Cristina Melgar hace notar que lo más original y singular, la especificidad de lo creado, proviene de la vinculación de la pasión con los enigmas, los duelos y los secretos indescifrables del individuo y su mundo
Arte y locura han despertado, desde siempre, profunda curiosidad, aún más, inquietud por su contradictoria relación. A la idea romántica de que la locura favorece la creación, se ha opuesto otra, que la imposibilita. A la experiencia clínica de que el arte cumple una misión terapéutica, también se le ha opuesto la idea contraria de que la creación puede llegar a exagerar la locura y aun matar. Dentro de la presencia de este amplio panorama, tres destacados autores profundizan y tratan de llevar luz a este difícil tema, ocupándose de los elementos de la locura que están en el fundamento bullente, desordenado, caótico de esa "nueva realidad" que es la obra de arte. Este libro recorre las entrañas del proceso creador desde sus orígenes entre los vínculos de los albores del arte, la magia, el mito y el enloquecer, desde un "arte brut" y un "arte psicótico", desde las fuerzas íntimas de la pasión, la violencia, la melancolía y, en todos los casos, desde lo inaccesible del impacto estético. Arte y locura se ubica en ese punto de inflexión en el que la locura no es sólo psicosis sino una de las formas en que el hombre da vida y desenlace a historias no vividas, perdidas o inconfesables..