De este libro, podría decirse que no tiene edad lectora. Es una invitación a no perder algún estéril respeto al libro, como a participar con sencillez de sus bellezas escondidas. Los escritores, los artistas en general al margen de sus creencias lo han demostrado bebiendo con frecuencia en el. Ignorarlo seria pobreza y tonteria: algo asi como perder las señas de nuestra propia identidad.