Monseñor Óscar Romero es un emblema de la teología de la liberación y personifica el cambio de la iglesia latinoamericana en favor de los más pobres. Su profética condena de la injusticia lo enfrentó con los ricos y poderosos y lo convirtio en blanco de sus enemistades hasta que el 24 de marzo de 1980 fue asesinado a tiros durante una eucaristia.El autor de este titulo, el jesuita Martin Maier, conocedor del movimiento de la teologia de la liberacion y del legado de Oscar Romero, describe su camino haciendo especial hincapie en la evolucion de sus pensamientos y actitudes. Maier muestra como la unidad de mistica y politica, tal como la vivia Romero, puede ser hoy una fuente de inspiracion para trabajar por un mundo mas justo.Lo mas importante del libro es que me ha recordado y evocado lo mas hondo de monseñor Romero y lo que hoy puede seguir humanizando en un mundo que necesita rumbo y esperanza: el amor -sin componendas- a los pobres de este mundo.Jon Sobrino
Monseñor Óscar Romero es un emblema de la teología de la liberación y personifica el cambio de la iglesia latinoamericana enfavor de los más pobres. Su profética condena de la injusticia lo enfrentó con los ricos y poderosos y lo convirtio en blanco de sus enemistades hasta que el 24 de marzo de 1980 fue asesinado a tiros durante una eucaristia.El autor de este titulo, el jesuita Martin Maier, conocedor del movimiento de la teologia de la liberacion y del legado de Oscar Romero, describe su camino haciendo especial hincapie en la evolucion de sus pensamientos y actitudes. Maier muestra como la unidad de mistica y politica, tal como la vivia Romero, puede ser hoy una fuente de inspiracion para trabajar por un mundo mas justo."Lo mas importante del libro es que me ha recordado y evocado lo mas hondo de monseñor Romero y lo que hoy puede seguir humanizando en un mundo que necesita rumbo y esperanza: el amor sin componendas- a los pobres de este mundo". Jon Sobrino
La figura de Óscar Romero es un emblema de la Teología de la liberación: el arzobispo salvadoreño personifica el cambio de postura en favor de los pobres que realizó la Iglesia latinoamericana en cuanto tal, conforme a las decisiones tomadas en la conferencia episcopal de Medellín en 1968. El asesinato de su amigo, el padre Rutilio Grande, le “abrió los ojos” a Romero y lo transformó de un hombre de la iglesia miedoso y apolítico en un defensor fervoroso y profético de los más necesitados. Este hecho le enfrentó con los ricos y poderosos y lo convirtió en el blanco de sus enemistades, hasta que, en 1980, fue asesinado ante el altar. Inspirado en su unión íntima con Cristo, siguió su ejemplo consagrando su propia vida por los pobres y oprimidos.La presente obra describe el camino de Romero y hace especial hincapié en la evolución de sus pensamientos y sus actitudes, en su metamorfosis, en su “conversión”. Para ello, el autor, Martin Maier, se apoya no sólo en numerosas fuentes escritas, tal como el diario del propio Romero, sino también en conversaciones confidenciales que el arzobispo mantuvo con personas cercanas a él. Los materiales revelan una espiritualidad que se nutre de la oración, la percepción e interpretación de los signos de su época y el compromiso incondicional con la dignidad y los derechos del hombre. El autor tiende un puente hacia nuestra actualidad y demuestra cómo la unidad de mística y política tal como la vivía Romero puede ser hoy en día una fuente de inspiración para trabajar por un mundo más justo y más humano.La edición cuenta con un prólogo del teólogo de la liberación Jon Sobrino, quien ha vivido gran parte de su vivida en El Salvador.
He aquí, narrada con brevedad y sencillez, la peripecia humana y creyente de Pedro Arrupe, una de las personalidades más conocidas e impactantes del postconcilio. Para muchos hombres y mujeres de su tiempo, religiosos o laicos, creyentes o en las fronteras de la fe y la increencia, fue de una gran fuerza inspiradora. Y tal vez lo fue por ser profundamente contemporáneo de su tiempo y un hombre de una extraordinaria calidad en su relación con Dios. Así fue el padre Arrupe. Un hombre comprometido con nuestro mundo: "El mayor error sería el temor a cometer errores hasta el punto de renunciar simplemente a la acción", dijo en una entrevista al New York Times en 1966; un hombre pobre que amó la pobreza; un contemplativo en la soledad y en la acción y un hombre de Jesucristo: "Aquí vengo, Señor, para deciros desde lo más íntimo de mi corazón y con la mayor sinceridad y cariño de los que soy capaz, que no hay nada en el mundo que me atraiga sino tú solo, Jesús mío". Y pasó además por grandes pruebas de obediencia durante los 18 años de su generalato al frente de la Compañía de Jesús y durante los diez años de su enfermedad como consecuencia de un ataque de apoplejía. En él se cumplieron las palabras de Jesús que figuraban al pie de un cuadro de la crucifixión de Pedro en su habitación de la enfermería: "Cuando eras joven, tu mismo te ceñías y podías ir adonde querías. Pero, cuando seas viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tu no quieras" (Jn 21,18). MARTIN MAIER, SJ (1960) ingresó en la Compañía en 1979. Doctor en Teología con una tesis sobre la Teología de la Liberación de Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino, es desde 1998 Director y Redactor-Jefe de la prestigiosa revista Stimmen der Zeit. Es también profesor invitado en la UCA de San Salvador y en el Centro "Sèvres" de París y autor de &Oacut