Exiliada, rebelde, feminista, iluminada, surrealista, combatiente, antifascista, bruja, alquimista, esposa, madre, víctima, apestada De recibir una educación privilegiada en Inglaterra a las sensaciones de la vanguardia parisina de los años treinta, donde se fraguaria una apasionada relacion sentimental con Max Ernst, hasta su retiro fi nal en Mexico, Leonora Carrington vivio el advenimiento de la guerra en Europa, huyo a España, fue internada en un manicomio de Santander, sufrio un episodio psicotico que partio en dos su biografia y fue victima de una espantosa violacion cuyas consecuencias resonarian para siempre en su cabeza. Mary M. Talbot y Bryan Talbot recorren esas y otras vicisitudes para arrojar luz y a la vez celebrar una de las grandes voces de la historia del arte, la de una mujer que, tanto en su vida como en su pintura y sus escritos, se mantuvo enfrentada a los dogmas de su tiempo.
El primero de septiembre de 1870, el gobierno imperial de Napoleón III es derrotado en la Guerra Franco-Prusiana. Mientras París se ve asediada por las tropas ocupantes y las fuerzas republicanas locales pujan por la supremacia politica, un movimiento revolucionario se va haciendo fuerte en la colina de Montmartre. Esta por cuajarse la Comuna de Paris, un periodo de autogestion que durante apenas dos meses toco el cielo de la utopia anarquista.Hoy heroina del pueblo frances, la educadora, poetisa y oradora Louise Michel, la llamada Virgen Roja, lucho en primera fila durante aquella epoca tan turbulenta y represiva que fue la segunda mitad del siglo XIX. Sus ideales fueron una educacion igualitaria y laica, un matrimonio libre donde el hombre no tuviera derecho de propiedad sobre la mujer y un trato de cuidado para los oprimidos, los rebeldes y los desvalidos.Tras el exito de Sufragista, Mary M. Talbot y Bryan Talbot, adalides de un tipo de novela grafica de rigor historico que hace memoria de la insurreccion, reconstruyen en estas paginas la vida y las circunstancias de una mujer extraordinaria que lucho en las barricadas, lidero un batallon femenino y llego a vivir deportada en una colonia penal de Nueva Caledonia, siempre fiel al signo de la bandera negra y perseverante en sus ideales feministas.